Esta novela no es lo que parece. Cuando ves la portada y la hojeas piensas que te vas a encontrar otra Space Opera Militar con valientes aguerridos que van a librar al mundo de la opresión a base de sangre, sudor, lágrimas y armamento pesado. Pero es mucho más:
Sí, todo empieza a balazos para ponernos en situación y advertirnos de lo que nos encontraremos en el 50% de las casi 300 páginas bien aprovechadas de la novela. Pero en el otro 50% del libro veremos mucha crítica social.
Valenzuela especula con una sociedad en la que se da una separación de castas sin disimulos ni tapujos, donde las élites económicas han sometido a las naciones y puesto a su servicio todos los recursos en pro de su beneficio directo. Han alcanzado su propio salto evolutivo a manos de la genética (impulsados por un maquiavélico líder de manual), y convertido a sus hijos en seres perfectos y casi inmortales, los Homo+.
En este escenario la permeabilidad social es imposible y lo único que queda para la antigua humanidad, ahora llamados Imperfectos, es la decisión de someterse y convertirse en mano de obra esclava, vientre de alquiler, o perro de presa a servicio del poder… o bien, rebelarse y luchar en la resistencia hasta que les llegue un final bastante más prematuro.
La trama está muy bien planeada. A medida que avanza va clavando sus cimientos más y más en nuestra realidad actual lo que hace perfectamente creíble el escenario planteado, si aceptas la posibilidad de la creación de un Homo+.
Me ha gustado particularmente el estancamiento tecnológico descrito, y que sea dicho estancamiento el que dé posibilidad a los Imperfectos de plantar cara a sus opresores rescatando retazos de conocimientos olvidados. Estoy convencido de que una sociedad que hubiese alcanzado sus metas no sentiría inquietud alguna por seguir descubriendo y abriendo caminos científicos o tecnológicos.
También es omnipresente el uso de anabolizantes y estimulantes en toda la novela para optimizar el rendimiento de los Imperfectos. Son necesarios para equilibrar la balanza frente a los que pueden permitirse operaciones o tratamientos genéticos de mejora.
Realmente nada de lo que el autor nos describe es nuevo. Absolutamente todo lo que nos cuenta lo hemos visto o leído antes. Armas, teorías sociales, manipulación genética, creación de grupos de poder… todo nos lleva a otras historias reconocibles en nuestro presente, pero es su perfecta conjugación la que hace que la narración no chirríe o sea una simple trama juvenil. Valenzuela sabe ponerlo todo en su sitio y dónde lo quiere llevar.
Ahora lo malo:
Adolece de cierta obsesión por explicarlo todo y no dejar cabos sueltos. Esto en vez de beneficiarle, lastra la historia. Hace eternos algunos diálogos que terminan siendo muy didácticos, pero se quedan sin chispa ni credibilidad en algunos pasajes (no muchos, tranquil@s).
Por otro lado, los personajes, aunque con personalidades diferenciadas y bien planificados, carecen de claroscuros y profundidad. Son muy planos y no muestran matices de ningún tipo.
No siempre es necesario dar una clase de historia sobre el origen de las ideas presentadas o la etimología de las frases hechas. Creo que si hubiese dejado más cosas a la imaginación del lector, y hubiese creado personajes con más calado, estaríamos hablando de una distopía soberbia.
Para concluir, pienso que se trata de un título que merece mejor suerte y difusión que la que ha obtenido hasta el momento; garantiza entretenimiento apto tanto para adultos como para adolescentes sin caer en infantilismo, algo realmente difícil de lograr.