“La realidad tiene unas normas inquebrantables, la ciencia puede explicarlo todo, eso solo le pasa a gente trastornada”
¿Cuántos autores se atreven a dar la vuelta a la realidad como si fuera un calcetín y a hacerla añicos para que podamos escapar de lo cotidiano y lo deshumanizador? Esta es la segunda obra que leo de José Luis Pascual en pocos días y he empezado a temerle. Porque su altura y su madurez literaria despiertan mi envidia. Porque su prosa es excepcionalmente precisa y su atrevimiento es muy poco frecuente en quienes desean ser leídos. Porque sabe extraer belleza del terror, convertirlo en algo íntimo a su antojo, y jugar con los sentimientos del lector (con mis sentimientos) a través de imágenes impactantes y situaciones inesperadas.
Conocerás el mar, esa ancha tumba, menos experimental que Júpiter bajo el crescógrafo, acoge a seres de este mundo y de otros muchos. Solapa realidades, pliega unas sobre otras y da a la muerte un puesto privilegiado; hacia Ella transitan sin saberlo muchos de sus protagonistas, en Ella penan quienes también penaron en vida y a Ella se dirigen quienes no pueden gestionar lo vivido. Las doce historias que componen esta antología oscilan entre lo hermoso y lo terrible, entre lo kafkiano y lo descarnado, entre la melancolía y la desesperación. No es una obra de terror, es una reivindicación de lo extraño como herramienta para desenmascarar lo que creíamos ordinario y que, a través de los ojos de su autor, termina revelándose estremecedor.
Esta es la máquina de agua y Frío en el cerebro son mis cuentos favoritos, aunque no podré volver a pasear por un bosque sin recordar Añoramos la lluvia, ni observar a una embarazada sin preguntarme qué estará gestando. Gracias a José Luis Pascual, he decidido hacer algo bueno en la vida salvando a todas las muñecas de trapo que vea en contenedores de basura, pero por su culpa jamás volveré a dormir y tuve que deshacerme de los cubos que tenía en casa. Él me ha obligado a preguntarme si no habré estado siempre equivocado al considerar terrible lo que no lo era y si no habré llamado hogar al lugar del que debía escapar.
Huid de esta obra si no queréis que cambie vuestro concepto de la realidad. Sí, huid, porque no hay nada más aterrador que la mera posibilidad de verse reflejado en alguna de sus historias.
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Coincidimos en «Esta es la máquina de agua». «Nueve y cuarenta y tres» también es una pasada. Uno de los libros del año.