Rendición es, sin duda, una obra a reivindicar para aquell@s que busquen una lectura con múltiples cargas de profundidad.
Al principio parece otra crítica a los totalitarismos y sus consecuencias, tomando como referente directo la obra de 1921 ‘Nosotros’ de Zamiatin (no hay más que ver la ciudad de transparente en la que se desarrolla gran parte de la trama). Y en ese arranque uno se plantea si realmente es necesario pasar otra vez por lo mismo. Sin embargo, durante la primera mitad de la novela, Loriga va dejando las semillas de lo que terminará como una explosión de múltiples lecturas y debates internos para el lector atento.
No creo que se trate tanto de una distopía como de un relato atemporal. El escenario, su localización y época no son importantes y podrían corresponder a casi cualquiera que eligiésemos si no fuese por los (poco importantes para la trama) detalles tecnológicos. Incluso los nombres de las personas son irrelevantes. Tan solo se llama por su nombre a tres personas y para una es inventado. Y es así porque el mensaje de la novela no necesita datos precisos. Habla de la esencia del poder, de sumisión, de lo difícil que es romper el orden social establecido (aunque ya no haya nada que sustente dicho orden). Habla de obediencia y de conciencia silenciada a favor de la conveniencia, de soledad y enajenación dentro de un grupo. De duda. De las consecuencias de no saber rendirse…
El manejo de la ‘Ciudad transparente’ es excepcional. En no demasiadas páginas nos describe una sociedad en la que todos son o deben ser, iguales. Un lugar en el que nada se oculta a la vista y las decisiones se toman entre todos. El propio grupo somete al individuo y aniquila todo aquello que diferencie a los hombres llegando incluso a marginar a cualquiera que se salga de los patrones marcados, aunque sea para sobresalir, y donde no hay un gobernante al que señalar.
En dicha sociedad también se usan drogas para el sometimiento de la población (Un mundo feliz, Aldous Huxley 1932) y la información se manipula en función de la conveniencia. (1984, George Orwell 1948).
Después de leer esta obra vuelvo a preguntarme ¿cuál es el precio del Alma?. Lamentablemente, a veces hay que rendirse para conservar lo que se ama.