Mars Company, la empresa que lidera a lo que queda de humanidad en su colonización del Sistema Solar tras una catástrofe que hizo imposible continuar en la tierra, es el nexo de unión de los cuatro relatos independientes que componen este libro. Cuatro historias autoconclusivas y de distinto registro que más allá de la aventura, logran fijar en el lector una visión hostil a la par que fascinante del universo y una perspectiva partidaria de la inevitabilidad de la alienación humana.
Sin embargo, a pesar de sus muchos aciertos, esta obra no es redonda. Los dos primeros relatos, Lo que grita otro mundo y Mapa de las tormentas de Marte , (que son los más consonantes entre sí), están plagados de acción y crueldad generando un clímax desasosegante. En cuanto lees la primera página te das cuenta de que no va a ser un libro amable; con tan solo unas líneas Espinosa crea un ambiente opresivo, lleno de sufrimiento, crudeza y desesperación. En el primero de ellos tienes que decidir quién es peor enemigo de la humanidad, un espacio exterior decidido a terminar con la especie humana o el propio instinto de supervivencia que puede convertir a un hombre o una mujer en un depredador capaz de cualquier cosa por sobrevivir. En el segundo relato, un planeta Marte despiadado hace al protagonista enfrentarse a la soledad y a sus propios demonios. En ambos, los exiliados del planeta tierra se han convertido en pioneros forzosos que deben surcar el espacio exterior del mismo modo en que siglos atrás los barcos se adentraban en los océanos rumbo a lo desconocido. También en ambos se hace mención a los acontecimientos que acabaron con la vida en el planeta, pero desgraciadamente esa historia queda inconclusa, sin ninguna continuidad en las partes posteriores lo que disuelve la posibilidad de una visión global y más compleja del universo creado.
El tercer relato, Un salto al infinito, supone un cambio de registro brutal. El papel principal recae en una sonda espacial y es inevitable no recordar en esta parte a Hacedor de estrellas de Olaf Stapledon. Esta historia es toda una oda a un universo que bulle de vida y a una tecnología que ya rozamos con los dedos.
La parte final, Génesis es una alegoría que refleja la alienación y la insatisfacción del ser humano y de la pareja, descartando cualquier esperanza de una convivencia plena o feliz.
El cambio de tono y temática en los dos últimos relatos, que tampoco casan bien entre sí, rompe todo el clímax generado por los dos primeros. Además, como dije antes, genera una deuda con el lector al dejar en el aire la causa por la cual el ser humano fue expulsado del planeta y obligado a salir a un espacio implacable e inmisericorde para sobrevivir. En todo caso, la prosa de Espinosa y su capacidad para crear entornos y situaciones cuasi hipnóticas hacen del joven autor alguien muy a tener en cuenta en los próximos años.
