Las cerdas del pincel acariciaron el lienzo con delicadeza dejando un rastro encarnado sobre él.
El pintor intentaba contener su energía. En ese instante brotaba descontrolada toda la inspiración que tanto había anhelado. Sin embargo, debía ser comedido, demasiada vehemencia causaría estragos en la obra, las pinceladas debían ser sutiles, trazadas con extrema fragilidad.
Sintiéndose exhausto paró y observó detenidamente los trazos púrpuras que se imponían al cielo infinito, el ocaso perpetuo dibujado sobre el tapiz le resultó sublime.
Espontáneas como relámpagos en una tormenta veraniega brotaron de sus ojos lágrimas de emoción. Rechazó el ensimismamiento con un exagerado gesto de negación y retomó la tarea.
«Por fin encontré la tonalidad perfecta para este crepúsculo», pensó mientras hundía de nuevo las cerdas en el tórax abierto del joven mutilado.
Microrrelato nominable al I Premio Yunque Literario
José Carrero, nacido en Barcelona en 1980, es conductor profesional y devorador de novela negra y terror. Con su opera prima “Bellotas con leche” (Premium, 2020) resultó finalista del XIII Premio de Novela Corta Encina de Plata.
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Buen microrrelato,casi poético, y con su giro final, completo, redondo.
Estamos completamente de acuerdo contigo, Laura.