Soñamos con la libertad. Somos más felices cuando creemos que la tenemos. Mataríamos por obtenerla de pensar que nos la han arrebatado. Pero, ¿qué es, en qué consiste? ¿nos hace dueños de nuestro destino o simplemente nos lo hace creer permitiéndonos tomar pequeñas decisiones que en nada alteran el rumbo marcado? ¿Somos realmente capaces de huir de aquello para lo que nacimos o fuimos criados?
¿Y qué hay del amor? ¿no nos obliga a sacrificios y renuncias por conseguir o conservar a otros seres? Tal vez la pasión y el deseo nos encadenen.
Puede que la libertad realmente exista y nos convierta en seres infelices que deben asumir sus propios errores, vivir con las consecuencias, y pagar el precio de sus equivocaciones sin tener un amo al que culpar.
¿No renunciaríais a vuestra independencia, al libre albedrío, a cambio de tener a alguien con quien compartir la carga de una conciencia atormentada por las malas decisiones? Pues imaginad que sois un ser casi único, sobresaliente entre los miembros de una especie potencialmente superior a la humana. Perseguido, incomprendido, obligado a sobrevivir en un universo hostil y aterrador. Imaginad que habéis luchado, habéis vencido y habéis errado. Qué sois libres, pero no tenéis el control sobre vuestro destino ni nadie a quien confesar vuestros temores. Imaginad la soledad de Shomer.
En un futuro lejano la tierra es un planeta asolado por la guerra. El cosmos está repleto de vida, pero la del hombre no es esa raza respetada o preponderante que siempre hemos imaginado. La humana es una especie insignificante, tal vez exótica, en un universo hostil y carente de una ética que limite las desigualdades o la búsqueda del beneficio inmediato a cualquier precio. Incluso en su hogar ha sido dominado; los iliitas, unos seres alienígenas, habitan y controlan el sistema nervioso central de un importante porcentaje de ellos. Estos son temidos y odiados por el resto de seres inteligentes. Su capacidad para someter a otros y su tendencia a la paz amenazan el cruel sistema de aquellos que viven de la guerra y la violencia.
Shomer es un herder, una raza descendiente del pastor alemán que fue manipulada y utilizada como arma por los humanos durante la gran guerra que asoló el planeta. Sus características fisiológicas son más favorables a los iliitas así que estos supervisan el adiestramiento de los cánidos en la comuna Epifanía, un centro de experimentación donde tratan de potenciar su inteligencia y sus capacidades extrasensoriales. El protagonista de esta historia, sintiéndose prisionero y poco integrado entre los de su especie, comienza a ansiar la libertad sin ser consciente de cuál puede ser su precio.
De rebaños o de pastores es una Space Opera oscura y salvaje. La novela (corta, entretenida, y maravillosamente ilustrada), es dura de principio a fin. Sin hacer demasiado hincapié en las escenas más desagradables, está repleta de violencia, ruindad, explotación y abuso sexual. Con un protagonista y unos pasajes que al principio recuerdan a Sirio de Olaf Stapledon (al que se cita), y a Ciudad de Clifford D. Simak, plantea numerosas cuestiones de difícil respuesta; Shomer comprobará, a través de las visiones que le atormentan y de sus propias experiencias, que todos los seres inteligentes tratan de vivir mejor a costa de los más débiles, que los valores morales son un lastre cuando trata de conservar una libertad que, sin embargo, no le hace más feliz, y que convertirse en aquello que se detesta a veces es inevitable.
Maielis Gonzalez tiene una imaginación desbordante y la extraña cualidad de manejar los comportamientos y las situaciones más salvajes sin causar repulsión en el lector. De remover su conciencia y enfrentarle a lo insignificante y efímera que es nuestra existencia. Y de, a pesar de todo, abrirle una puerta a la esperanza.
¡Abandonad la postura bípeda! Los rebaños de hoy pueden ser los pastores de mañana.
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