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2 comentarios

  1. Buenos días, un relato ideal para estas fechas, todavía recuerdo cómo se reían de mí en el colegio, con 9 años ya, porque aseguraba que mi padre era el rey negro; pobres imbéciles, la única que veía vestido de rey a mi padre era yo. Cuando supe la verdad, ni me importó, mi padre seguía siendo el rey negro para otros niños, y para mí.
    Creo que es la ficción más real que he leído en mucho tiempo, fantasía y realidad conjugadas de forma impecable. Me ha encantado.
    Mi padre ya no está, pero mi hermano continúa la tradición a su manera, se viste de Santa y visita a mis sobrinos cada nochebuena (se hace el mudo) ver a los niños comunicarse con él y ese brillo en los ojos, los nervios que pasan…si no fuese por eso, ¿para qué la navidad?
    Hoy os dejo casi un cuento, muchas gracias por el relato.
    Laura

    1. Así es, Laura. Sin ilusión, la navidad no tiene sentido. Hay que pelear por mantenerla o, al menos, por que los niños no la pierdan. Es muy bonita la tradición de tu padre y tu hermano. Y sí, pobres imbéciles quienes no creían que tu padre era el rey negro. Ellos se lo perdieron!!
      Gracias por tu comentario. Nos ha encantado saber más de ti.

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