Siempre resulta complicado hablar de antologías de relatos, incluso cuando todos los textos son del mismo autor. Dar uniformidad a la obra, en tono o temática, es algo realmente difícil. Sin embargo, en este caso, la dificultad es superlativa ya que ni Eximeno ni la editorial Pulpture se han preocupado en dar homogeneidad de ningún tipo a este volumen. ¿Es esto una crítica? Todo lo contrario: es una oportunidad única de conocer el mundo interior del escritor-persona cuyas narraciones hemos admirado durante años.
Doce historias (no todas de ciencia ficción), mas un prólogo de altura y un delirante bonus track interactivo, componen una recopilación que bien podría estudiarse como una biografía anímica e intelectual de quien la firma. Publicadas en revistas, concursos, redes sociales o inéditas hasta ahora, nos proporcionan una imagen exhaustiva de alguien que vive con inquietud los problemas del presente y los traslada a un futuro factible e indeseable. De esta forma se reflejan en ellas con bastante frecuencia cuestiones como el transhumanismo, la dependencia tecnológica, la sumisión y pertenencia al sistema (en el sentido más literal de la expresión), la venta de la intimidad, lo despiadado del capitalismo desbocado, y las desigualdades sociales. Lo efímero de nuestra existencia y el olvido al que estamos condenados son otros de los temas que dejan huella en el lector.
Un tono intimista y melancólico predomina en Días de otoño, Memorable y Dos monedas, puede que los mejores textos de toda la recopilación. Pero que nadie se acomode, la sátira, el microrrelato y el mencionado bonus track romperán cualquier clímax y agitarán a quien se adentre en estas páginas haciéndole descubrir al Santiago juguetón y bromista. Los amantes de la distopía social, de la prospectiva más desalentadora, disfrutarán especialmente de Textos Predictivos, pero no serán los únicos; la prosa elegante, carente de pretenciosidad, y la importancia de lo humano frente a lo tecnológico, hacen de esta lectura algo disfrutable y al alcance de cualquiera.
Eximeno no escribe siguiendo tendencias ni buscando impactar. No sigue una pauta con los temas, los géneros o las distancias. Lo hace para él, para su gente, para quien desee conocerle. Este libro es una mano tendida a quien aún no haya tenido la oportunidad de encontrarse con alguno de sus textos, o sus siempre acertados prólogos. Con sus propias palabras introduce cada relato, lo contextualiza en su propia vida, y desvela su origen. Y después hace que el lector desespere, se entristezca, desee huir o sonría, pero sobre todo, que se descubra diciéndose así mismo que quiere ser su amigo.
Todavía no puede hacerme con ella, pero Eximeno es garantía de calidad. Y sabes que sus mundos interiores te arrastrarán. Tomo nota de todo lo apuntado.
Gracias.
Sí, Román. Yo lo descubrí leyendo algún prólogo suyo. Conecté tanto con él que tenía que descubrir parte de su obra. Hay mucho talento que reivindicar en este país, y Eximeno es uno de ellos.