La mitología clásica siempre ha estado presente en la cultura occidental. Su amenidad, la grandiosidad de sus personajes (extraordinariamente imperfectos), y su profundo simbolismo, han enraizado irremediablemente en nuestro imaginario. Nadie se plantea, a la luz de la razón, que las leyendas que la conforman no sean ficción. No creemos en un Olimpo repleto de dioses caprichosos ni en una tierra poblada por titanes, y aunque algunos piensen que los nombres que nos pusieron puedan condicionar nuestra personalidad, tampoco hay quien espere que, al llamar a su hijo Héctor, termine sus días a manos de algún Aquiles. Pero ¿y si estuviésemos equivocados y aquellos mitos contuviesen más realidad de la que nos atrevemos a aceptar? ¿y si fuese cierto que nuestra existencia es cíclica como predican numerosas filosofías orientales?, ¿Y si esa visión circular del tiempo, presente también en la idea del Eterno retorno, no estuviese desencaminada? De ser así, en un futuro lejano, ¿Cómo te gustaría llamarte?
Nada dura para siempre, ni siquiera las estrellas. La galaxia Ende disfruta de sus últimos siglos de vida; Caribdis, un inmenso agujero negro la engulle lentamente y Perséfone, su último sol, es atraído inexorablemente por él. Hasta allí llega Charles Duncan, un microbiólogo de primer nivel que ha sido contratado por la corporación Saito para hacer un estudio sobre vida bacteriana en gravedad cero. Y junto a él sus hijos gemelos, Orfeo y Morfeo. Scyla, una estación científica situada en el asteroide Minos, será su nuevo hogar.
Los dos chicos, de inteligencia muy superior a la media, se enfrentan a esa etapa de la vida en la que comienzan a distanciarse. Orfeo, más sensible que su hermano, busca refugio en la música para superar la pérdida de su madre y los cambios en la personalidad de Morfeo. Nada le llama excesivamente la atención en el lugar excepto el enorme porcentaje de gemelos que allí estudian (todos menores de catorce años), y la obsesión de la mayoría por ‘The Castle’ , un holojuego al que ninguno se resiste.
Orpheus, obra ganadora del Premio Domingo Santos 2012, es una Space Opera de reminiscencias juveniles cuyas páginas devorarán aquellos adultos que (equivocadamente) creerán conocer todas las respuestas. En ella, el autor consigue armonizar la mitología clásica con un futuro lejano en el que todo sigue girando alrededor del control de los recursos y los intereses económicos; Braceli reinventa las leyendas sin desdibujarlas, haciéndonos pensar que tal vez asistimos a la repetición de un ciclo anterior que busca perfeccionarse.
No importa si abordáis esta novela buscando a Los Argonautas o al Demiurgo. Si queréis acompañar a Eurídice por el inframundo o que Morfeo os revele los secretos de los dioses. Nada de lo que encontraréis será lo que esperáis. Y, sin embargo, hay cosas condenadas a repetirse. Abrochaos bien los cinturones porque lo que hallaréis será una aventura épica de ritmo cada vez más frenético, amor, luchas encarnizadas, dos reyes de dudosa moral (el del castillo y el de las ratas), titanes asombrosos, y puede que al mismo Adán. Pero sed precavidos y cuidaos de las sirenas: si dan con vosotros no podréis resistir el embrujo de su canto.