
Se reedita esta primera novela de Javier Marías al cumplirse 50 años de su publicación, y no deja de maravillarnos que, con solo 17 años, pudiera concebir este libro tan original, una locura perfectamente pensada, una sucesión de capítulos-relato que van uniendo personajes hasta conformar una historia genealógica en la que no aparece la primera persona reflexiva, a la que nos tiene acostumbrados el autor, sino que el narrador, en tercera persona testigo de los hechos, funciona como una cámara para ponernos en cada momento en la situación que le interesa, consiguiendo que el lector se intrigue, sufra, ría y disfrute en todo instante.