
Autor: Stuart Turton
Editorial: Ático de los Libros
Género: fantasía oscura y detectivesca
Extensión: 512 páginas
RITUAL
Un barco, un demonio que lleva décadas arrasando familias y acumulando miedos, una panoplia de personajes que convergen en vínculos engañosos y enemistades probables, un artilugio que cambiará el futuro, un viaje comercial para enriquecerse lleno de secretos, un detective holmesiano encerrado como prisionero y su defensor, protagonista de la historia que es el centro del enigma sin saberlo, además de personajes femeninos de rebelión y poder que desafían lo establecido en este tiempo antiguo que mezcla realidad y fantasía. ¡Todo en un barco que acaba por embrujarse!
Enamorado estoy de su combinación de factores, solo quedaba que la historia estuviere a la altura (spoiler, lo está, pese a su multiplicación de “habías”).
Al lío.
Varias características extrañan en esta novela, más allá de su mezcla de temáticas. Primero, que parece, de arranque, un libro intermedio de alguna saga, como si ya conociéremos a los personajes de antaño; y no, pero funciona. Segundo, que el protagonista no es el eminente detective, residual secundario para momentos concretos, sino su ayudante y mercenario, Arent. Tercero, la confluencia de subtramas, sobre todo de título personal, que se añaden a la principal con la maldición del Viejo Tom que amenaza el barco y la travesía, y todas cuentan, y todas deberemos tener en cuenta. Cuarto, los vínculos y la profundidad de los personajes, que nos anticipan, o no, cuál será su función final, de alcanzar ese desenlace de la novela que por momentos deviene catastrófico, sin esperanza. Quinto, su ritmo, pausado, detallista, como un arquitecto a fuego lento. Y sexto, que no engancha de inicio, aunque si interesa, es necesario avanzar en el viaje oceánico para terminar cautivado con esta mezcla de época antigua con un orden diferente en lo social y lo político.
Sinopsis que me invento. El gobernador general de Batavia viaja por vía naval a Ámsterdam para entregar La Locura (un artefacto que supone la revolución y una ventaja para el país que lo posea), y entrar en el mayor cargo con los 17 caballeros. Con él viajan su asistente, antiguo rival económico, su mujer e hija, brillantes, su amante (viuda de un cazademonios), con sus propios vástagos, su palmero comercial y jefe de expedición, y su escolta de ejercito con un impasible hombre al mando. En ese mismo barco, capitaneado por un pomposo marine que depende de subalternos para controlar a sus hombres fieros de sal (de los que destacan los dos más preeminentes, vitales en la historia), se esconde no solo la locura, sino otro secreto que los deja sin apenas espacio para provisiones. Además, Pipps, el detective por excelencia, y quien encontró La Locura tras su robo, ha sido acusado de algo desconocido y apresado con el máximo deshonor, para lo que su amigo y guardaespaldas, Arent, ejerce como protector y defensor. Este Arent, y no por casualidad, es sobrino y preferido del gobernador general. Además, un sacerdote y su acólita, a su vez ejecutores de brujas y diablos, danzan en indagaciones. Así embarcan y zarpan, ya con un testimonio imposible del carpintero del barco, poseído y que maldice al navío y su destino en el mismo puerto, y con la marca del Viejo Tom, una presencia oscura que masacró y arruinó infinitas vidas, sobre todo de señores de unas tierras concretas, parte de la mitología, y que se relaciona, de una u otra manera, con gran parte de la tripulación y pasaje del barco.
Lo sé, mucho para masticar, pero se deglute entre los ojos suave, atractiva, bien presentada y secuenciada, con alternancia natural de escenas y personajes, momentos, recuperaciones del pretérito que nos trajeron a este presente turbio.
El barco pronto, pese a su numerosa escolta, se ve bajo asedio del miedo, y cada cual debe lidiar con su temor y decidir cómo comportarse. El duelo entre la sugestión y la búsqueda de la certeza, entre las excentricidades de los marineros, cuasi piratas, y la racionalidad de los y las más lúcidas. Dotada de giros, sorpresas y, sobre todo, una capacidad de introducción para con el argumento y sus jugadores y jugadoras, todo con una prosa asequible.
Como digo, historia coral, subtramas varias y diversas, traiciones, peleas, nuevas sociedades, todo mutando al ritmo de la amenaza, de las muertes, de la presencia incipiente del Viejo Tom y su ejecutor de carne, el leproso. Del avanzar hacia el infinito horizonte de la mar. Es montar un castillo en el aire con cimiento sólido.
Los personajes son un acierto porque carecen de unidimensionalidad, excepto por algunos nobles que no tienen más remedio. Así se despojan de capas cual cebollas, desvelando sus motivaciones y secretos, aquello que une, que separa, que les hace amar y odiar a sus compañeros de travesía.
La atmósfera es la mar, y como su poderío hace de menos hasta al más poderoso e insigne navío. A su capricho, amparo, crueldad. Y eso se nota, huele la novela a zozobra desde cada página. O eso, o el Viejo Tom también controla el más primordial de los elementos.
Y ese final, cerrando cabos uno a uno, robos, asesinatos, acusaciones, reliquias, conspiraciones, y el motor principal que llevó al Saardam a su desquicie al límite. Con vencedoras y vencidos. Gustará o no, pero resulta adecuado.
Cabe inspirarse también, incluso en esos años arcaicos de alcurnia (un 1634 de línea paralela), la crítica social y en la lucha de la mujer por salir fuera de la sombra del hombre, a base de personalidad, abandonando esa crisálida de opresión demostrando su lugar.
Y no mareo más. Como expresé, me dejó dudas la mezcolanza y el arranque, pero una vez a bordo del buque, es improbable abandonar la lectura, consiguiendo que formes parte de la tripulación, del viaje intempestivo y condenado al desastre.
¿Lo conseguirán? ¿Arent salvaguardar la vida de Pipps, Pipps desvelar la caterva de misterios desde su celda mínima, Sara liberarse del yugo del gobernador, el Viejo Tom alcanzar su penúltima venganza? No puedo afirmarlo, tú tampoco lo conseguirás aunque albergues sospechas y teorías. Pero lo seguro es que te vas a divertir por el camino. Prometido.
Fantasía. Barcos. Acción. Detectives. Sucesos paranormales y maldiciones. Y la siempre eterna lucha de poder. Todo esto y más nos ofrece El Diablo y el Mar Oscuro. Invitada, invitado a su lectura, y por más de estas grandes aventuras.
Pd: veo el catálogo del autor para comprobar si sus personajes son recurrentes, y parece que no, que cada vez construye un manuscrito completamente nuevo. Seguiré sumergido en sus obras, y gracias.
Una reseña de Román Sanz Mouta

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