El pasado no existe. El futuro no ha llegado aún ¿Lo hará alguna vez? Sólo existe el presente. Sólo el instante. Pero un instante puede ser interminable. Nace junto a un propósito. Y algunos propósitos pueden resultar titánicos, cuestión de vida o muerte. El mayor de todos, el más importante, es nuestra reconstrucción interior. Nuestra metamorfosis.
Pocos se atreven a acometer esta tarea, pues suele conducir a la frustración o la locura. Pocos obedecen a esta necesidad cuando llega. La mayoría, conscientes de su debilidad o temerosos del fracaso, desisten antes de intentarlo ya que no es posible un auténtico cambio sin esfuerzo ni sufrimiento. No es posible sin una lucha interna que nos obligue a traspasar nuestros propios límites.
La transformación interior es, por tanto, el mayor de los retos. Uno que demanda absoluta dedicación. Que nos obliga a ser como un carpintero frente a la madera; trabajando sin pausa, sin descanso, sin tregua y sin preguntas. Porque las preguntas conllevan duda y la duda puede impedirnos concluir nuestra obra: convertirnos en aquello que queremos o necesitamos ser.
Volvamos al instante.
Lo conforma nuestra mente y reniega del propio tiempo. No consiente ser medido ni debe ser interrumpido. No ha de estructurarse en días y noches, pues la tarea para la que ha sido creado no permite respiro ni interrupción. Aunque duela. Aunque cause angustia y tormento. Mientras dura, el carpintero aprende a amar la madera y ve en su obra a su amigo. Un amigo silencioso que espera pacientemente a que termine su trabajo.
Carpintería muerta es un relato insólito, intenso, sorprendente y demoledor. Una obra onírica y embriagadora de las que atrapan a quienes saben que la vida puede ser un desierto. Y de las que ayudan a entender que incluso en el desierto hay cosas más necesarias que el agua. Román Sanz Mouta nos arrastra al mundo de su protagonista. A su mente. Nos obliga a jugar según sus reglas hasta que, inesperadamente, decide cambiarlas. Con una frase. Con un apunte.
¿Estás preparada para emprender un camino iniciático metaliterario? ¿Estás dispuesta a navegar por el mar de arena de su protagonista? ¿Por su sed y su necesidad? Olvídate del pasado y no pienses en el futuro. Olvídate también de quién eres. Deberás leer las cuarenta páginas que componen esta historia en soledad. Deberás hacerlo de una sola vez, con un cuaderno y un bolígrafo en tu regazo. Cuando pasen unos días este texto te volverá a necesitar. O tú lo necesitarás a él. Y lo que tengas escrito en esos folios será imprescindible para que puedas seguir avanzando por tu propio desierto.
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