El destino es un bromista cruel. Parece increíble pensar que la vida de algunos hombres y mujeres está determinada por lo que hicieron otros que existieron siglos atrás. Y suena a locura imaginar cómo ese hilo invisible que es el tiempo nos pueda encadenar y condicionar a los actos de otros que aún no han nacido. ¿No lo comprendéis? Es normal. Todo lo que sabemos hacer con esa magnitud física es medirla para constatar la forma en que nos vamos apagando a su paso. Pero tal vez mañana no sea así.
En esta, la primera novela que publicara José Antonio Bonilla y que afortunadamente la editorial Premium reedita estos días, hay viajes en el tiempo. Pero no estamos ante la habitual historia en la que los protagonistas saltan una y otra vez, hacia delante o hacia atrás, para resolver paradojas y recuperar sus vidas. Puede que las cosas no funcionen así…
Esta obra, bien planificada y mejor ejecutada, nos traslada a tres escenarios distintos: un futuro no muy lejano en el que la humanidad sucumbe ante los ataques de una raza alienígena, una aventura entre la España y el Nuevo Mundo del Siglo XVI, y un presente en el que dos agentes de la ley intentan resolver en Nueva York la desaparición del esqueleto de un dinosaurio y las muertes con las que creen que se relaciona el robo.
Las comparaciones son odiosas, pero no es una deshonra para el autor si decimos que La inconquistable recuerda a las mejores obras de Michael Crichton, Douglas Preston y Lincold Child (aunque con la mitad de páginas, unas 240). Dinosaurios, crímenes, alienígenas, viajes en el tiempo… la vocación de entretenimiento es más que obvia y los escenarios escogidos son tan dispares como Barcelona, Nueva York, Córdoba, el lecho de la cordillera Dorsal del Atlántico Norte, o un laboratorio dentro de una nave espacial (cada uno en su correspondiente espacio-tiempo). De esta forma el lector encontrará escenas propias del thriller más cinematográfico, del terror más cruento (atentos al hundimiento de la Nao que da título al libro), y de la Space Opera más inteligente.
El estilo visual de Bonilla a la hora de narrar, la coherencia de sus argumentos, y la sencillez con la que expone cualquier dato científico, hacen de su obra algo adictivo; de esas que una vez empiezas no puedes abandonar y cuyos personajes, aunque no sean demasiado novedosos, captan la atención y la simpatía del lector. Así que si buscáis literatura de evasión de la que deja buen sabor de boca, ¡Leedla! Pero si cometéis la insensatez de elegir un crucero o viaje marítimo sin haberlo hecho, permitidme un consejo: haceos con un falconete. Sí, lo sé, son pesados y no están de moda, pero creedme, este autor me ha hecho ver que llevar uno nunca está de más.
Buenas. Me gusta todo lo que cuentas de la novela. La única pregunta es, encaja conmigo? Ya sabes de mis gustos tenebrosos de ángulos esquivos. Pero pinta a divertimento oscuro.
Grande siempre, compañero.
Es una novela muy disfrutable, pero no desde el prisma de tus necesidades de oscuridad. Esta novela te transmite la misma sensación que las películas taquilleras que veíamos en los años 90 (aventuras adrenalíticas y luminosas). ¡Un fuerte abrazo y gracias por estar siempre ahí!
Parece muy interesante. Una vez alguien compró un libro que yo había reseñado. No le gustó. Me dijo que mi reseña era mejor que el libro. Cualquier día te lo dicen a ti.
Parece muy interesante. Una vez alguien compró un libro que yo había reseñado. No le gustó. Me dijo que mi reseña era mejor que el libro. Cualquier día te lo dicen a ti.
Muchas gracias. Las reseñas son mi escuela, y como decía Newton: "camino a hombros de gigantes".