Casi todo el mundo asocia la felicidad al triunfo. Al reconocimiento social y la solvencia económica. Nadie cree ser dichoso en tiempos de carencias y necesidad ¿Y quién no estaría dispuesto a pagar cualquier precio por hacer realidad sus sueños? ¿Quién no ignoraría u obviaría los peligros de un atajo si estos se percibiesen demasiado lejanos y abstractos como para ser temidos?
Puede ocurrir que cuando alguien alcance sus metas, cuando crea haber escapado de la podredumbre o la tristeza, se le presente una factura demasiado alta y no tenga más remedio que huir. Dejarlo todo. En un caso así, es posible que la única escapatoria viable se encuentre bajo el amparo de quien creyó que nunca volvería a ver y, a consecuencia de ello, deba revivir un pasado duro y cruel pero lleno de momentos luminosos.
Tal vez esa sea la verdadera fortuna, descubrir que la felicidad no es siempre como la imaginamos. Que no es perfecta ni fácil de conservar. Que no dura para siempre. Su pérdida nos puede hacer querer olvidar que la conocimos, pero comprender su verdadera naturaleza nos ayudará a sanar las heridas que nos ocasione el hecho de haberla dejado escapar. Y solo así dejaremos de culpar al mundo entero (o incluso al ser amado), por ello.
En la Sevilla de 1925, la joven Aurelia Vargas decide visitar a las Hermanas Heredia durante la noche de San Juan. Está harta y cansada de malvivir, de ver como su familia sufre a causa de la miseria. Posee un don para el cante y fe en que las tres mujeres, a las que muchos consideran brujas, la ayudarán a alcanzar el éxito. Diez años después, tras una actuación que la habría catapultado al estrellato, una extraña muerte termina con su carrera artística. Pobramoura, una pequeña localidad gallega, será su destino. Porque allí está Rosalía, la única persona en la que puede confiar.
Ojos verdes, negra sombra es una novela sobresaliente y hermosa. Ambientada en una época de disturbios, luchas sociales, racismo, abusos y presagios bélicos se podría catalogar como costumbrista, aunque sobre ella planean continuamente elementos fantásticos y mitológicos cargados de oscuridad. Sin embargo, lo que la convierte en extraordinaria es la profundidad y el magnetismo de sus personajes femeninos, a priori antagónicos, cuyas vidas están irremediablemente entrelazadas. Dos mujeres malditas, atrapadas y sometidas por una sociedad que no les permite ser ellas mismas: Aurelia, andaluza de clase baja que irradia fuerza y energía. Rosalía, gallega de buena posición, infeliz, resignada y a la deriva.
De hecho, la novela es un gran juego de contrastes. Realismo y mitología, vitalidad y contención, amor y odio. Cada elemento ha sido perfectamente calculado por el autor sin dejar nada al azar, ni siquiera el nombre de secundarios como Barrabás o Liberto. Y es que toda la obra constituye un enorme homenaje a la canción española y al cine de mantilla y peineta. Versos y títulos de coplas populares aparecen en multitud de diálogos propiciando giros de guion o definiendo a las protagonistas. El amor entre dos mujeres lo inunda todo. La trama no es excesivamente compleja (como no lo era en aquellas películas), y lo que realmente importa son las relaciones entre los personajes, sus encuentros y sus rencillas, los sentimientos que les embargan y los gestos que les delatan. Como en los cantes de la época.
Javier Quevedo Puchal es un escritor sorprendente. Exhibe una de las prosas más elegantes de este país sin pecar de ampulosidad ni exceso. Consigue, con su dominio de la palabra, generar una atmósfera envolvente, opresiva y hermosa que atrapa al lector desde la primera frase. Sus diálogos, vivos y naturales, definen perfectamente a cada interlocutor incluyendo expresiones coloquiales de manera elegante y efectiva. Tal vez esta obra eminentemente romántica se aleje bastante de los géneros a los que nos tiene acostumbrados, pero es una auténtica joya que trasciende lo literario gracias a la edición de Dilatando Mentes que incluye innumerables dibujos, poemas, enlaces a canciones y, sobre todo, impresionantes fotografías de Fernando Villanueva.
¿A qué esperáis? Os aguardan en Pobramoura, tierra de leyendas, de Meigas y Lobishomes ¿Acaso teméis a La Santa Compaña? En el pazo hallaréis injusticias, crueldades y dolor. Pero también amor, redención y esperanza. No os entristezcáis por la melancolía de Rosalía. Aurelia le lleva su luz.
Solo una cosa más: cuando leáis esta obra, pasaos por el Blog Aurisecular pinchando aquí. En él encontraréis el mejor análisis que podáis imaginar de esta novela. Pero si queréis disfrutarlo de verdad, hacedme caso. Primero la novela.
Post Scríptum: ‘Ojos verdes’ es una copla compuesta en la década de 1930 por Manuel Quiroga, con letra de Rafael de León y Salvador Valverde. ‘Negra sombra’, un poema escrito por Rosalía de Castro en 1880
Ojos Verdes – Conchita Piquer
Negra sombra, de Rosalía de Castro
Cando penso que te fuches
negra sombra que me asombras,
ó pe dos meus cabezales
tornas facéndome mofa. Cando maxino que es ida
no mesmo sol te me amostras
i eres a estrela que brila
i eres o vento que zoa. Si cantan, es ti que cantas
si choran, es ti que choras
i es o marmurio do río
i es a noite, i es a aurora.
En todo estás e ti es todo
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras.
*****
Cuando pienso que te huyes,
negra sombra que me asombras,
al pie de mis cabezales,
tornas haciéndome mofa.
Si imagino que te has ido,
en el mismo sol te asomas,
y eres la estrella que brilla,
y eres el viento que sopla.
Si cantan, tú eres quien cantas,
si lloran, tú eres quien llora,
y eres murmullo del río
y eres la noche y la aurora.
En todo estás y eres todo,
para mí en mí misma moras,
nunca me abandonarás,
sombra que siempre me asombras.
Traducción: Juan Ramón Jiménez
Todavía no he leído nada de Dilatando mentes. Es una editorial vecina, creo que tiene su sede en Denia o Vergel, no lo recuerdo. Este autor parece interesante. Habría que verificar esa elegante prosa. Si lo leo, te cuento.
Te aseguro que el autor es interesante. Es un estilo distinto al tuyo. Pero creo que pasaría tu filtro. En cuanto a la editorial, un lujo. Cada libro que sacan es una pequeña joya. Casi todos ilustrados y llenos de detalles que te ayudan a sumergirte aún más en la historia.
Apuntado queda. Ahora acabo de pedir tres libros. Cuando los acabe, miraré la lista y decidiré. Como no leo traducciones, mi lista no es grande.