
Escrita el pasado siglo, esta obra de ciencia ficción se adelantó a Un mundo feliz, de Aldous Huxley, y a 1984, de Orwell. Hay estudiosos que afirman que ambos bebieron de esta novela, pero lo que es cierto es que no tuvo la relevancia de los títulos citados. Rose Macaulay escribe una novela valiente que denuncia la vigilancia tecnocrática y eclesiástica, el control de los medios de comunicación y, con visión premonitoria, cualquier tipo de limpieza étnica. Merece la pena darle la oportunidad que se le negó en su día ¿por estar escrita por una mujer?