Me siento en paz con el mundo cuando al leer un libro veo que detrás de él hay alguien bueno; solo los honestos pueden mostrar sus emociones, expresar la belleza en estado puro y conseguir que el resto del mundo se impresione. La literatura, como el arte en general es, paradójicamente, un refugio donde el artista se maneja libre. Cada uno exterioriza, con mayor o menor acierto, sus sensaciones. La ira, la frustración, la rabia, el dolor, los celos aparecen en obras llenando páginas de tensión, misterio, sosiego, ironía, humor incluso; trabajos fantásticos que llevan a cabo excelentes creadores. Pero reconforta leer una buena obra y sentir el alma buena de quien la ha escrito.
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