Neopiel es un sobresaliente híbrido entre el terror, la fantasía oscura y la ciencia ficción. Con un arranque propio del cyberpunk, conjugando rifles de precisión con Katanas en una apocalíptica Neo Edo que ha cerrado sus puertas a los refugiados, Oliva Ostos nos plantea una partida de ajedrez entre dos reinas, la blanca y la negra (no nos referimos al color de la piel), ambas cubiertas por sus alfiles quienes buscan la posición del Jaque. Pero para entenderlo todo tiene que llevarnos años atrás, mostrarnos el rostro del mal y hacernos descubrir la importancia de la sangre…
El autor, amante de la historia y las ucronías, sitúa el origen de esta trama en la Segunda Guerra Mundial, cuando los Nazis buscaban objetos de poder por todo el mundo, abrían las puertas al esoterismo dentro de su credo y no dudaban en experimentar con humanos en los campos de la infamia. Enraizando en el episodio más oscuro del siglo XX aunque sin dedicarle demasiadas páginas, absorbiendo toda su oscuridad, maldad y demencia, nos conduce a un futuro en el que tal vez tengamos los días contados, pero pasando por un presente repleto de escenas delirantes dignas del mismísimo Clive Barker. Y es que la conjugación de elementos en esta obra es tan brutal y a la vez tan natural, que una vez finalizada dan ganas de releerla una y otra vez para substraer todas las conexiones y matices.
Clones, hermafroditas, seres andróginos, e incluso una nueva interpretación del mito vampírico conviven interactuando a fuego lento, bajo una nueva piel irradiadora de belleza y erotismo que oculta el mal atávico, impulsivo e irracional, hasta desembocar en una orgía de sangre y sadismo propia del averno. Y mientras el lector pasa páginas asombrándose con cada detalle y con el oscurecimiento del tono de la narración, hay lugar para la crítica hacia la dudosa moral de los más ricos y la utilización a la que se entregan algunas modelos con tal de vivir un sueño artificial.
Esta edición de Cazador de Ratas cuenta además con unas maravillosas ilustraciones de Héctor R. Asperilla que van apuntalando cada fase del argumento y otorgando un cariz más siniestro si cabe a su desarrollo. Neopiel es, por tanto, de lectura obligada. Pocas veces viviréis un enfrentamiento tan apasionante, puede que eterno, entre dos Reinas que huyen de la soledad, demostrando que el mal no es un concepto abstracto ni subjetivo, donde los demonios tampoco son metafóricos y que cuestiona constantemente cuál es el precio del alma. Porque todos, tarde o temprano, la venderíamos como Fausto. Aunque con ello desatásemos el apocalipsis.