Editorial: Sexto Piso
Género: relatos de terror
Extensión: 320 páginas
RITUAL
Voy a empezar expresando una loa que, para mi humilde persona, habla sobremanera de las virtudes de esta antología de horror en la que hoy nos centramos. Su lectura me ha recordado al cómo afronté la maestra compilación de Anna Starobinets, Una Edad Difícil. Me sobrecogió, por formula, estilo, oscuridad tangible, posibilidad de realismo, prosa, forma y fondo. No encuentro mejor halago para comenzar este ritual sobre Attila Veres y su Negro Tal Vez. Majestuoso cada cuento.
Les unen, y no insistiré más en los notables parecidos que despliego a modo de halago, sus orígenes. Attila Veres coge parte de lo oscuro de Hungría, sus atmósferas, sus recovecos, lugares y sensaciones de cultura local que no conocemos y que nos enriquecen como diferentes formas de miedo. Además, su estudio y domeño del cine se nota en las visuales que permanecen en la retina perpetua del cómo narra, del ritmo, de las escenas más truculentas, de eso imposible y a la vez inevitable que convierte en natural debido al modo en que lo cuenta. Porque ves la mala intención en cada frase, párrafo, incidente, detalle que avanza la historia. Vas temiendo lo peor e, incluso así, te sorprende con algo más macabro, sea en explosión o desenlace suave.
Breve desglose de los cuentos, lo que en verdad te interesa:
Morder a un perro:
Dentro de una pareja recién forjada por Tinder, él descubre en ella una extraña afición, obsesiva, progresiva, morder a perros. Quiere incluirlo, que sienta, que aprenda sobre la libertad… El modo de describir la evolución de la relación y la obsesión ya marcan tendencia para lo que veremos después.
Ciudad de niebla: Desde un blog, conocemos la historia indagada dentro de otra historia sobre un manuscrito acerca de grupos de música desconocidos. Persiguiendo en pulsión el rastro de una banda peculiar, se entrevista y rastrea otra época con todo tipo de testimonios, hasta conocer, de primer oído, la verdad… Sugerente, te traslada a su mundo peculiar, sonoro, turbio, implacable.
El tiempo que le queda:
Vili, el peluche, murió. Nada se pudo hacer, los padres anunciaban con tiempo esas dolosas pérdidas. Pero los niños se resisten, ¿y qué no haría un niño por su mejor amigo de felpa…? Perturbador desde el proceso mental de los infantes hasta la conclusión.
No es mamífero:
Un hombre incapaz de acabar nada de lo que empieza, conoce a su nueva vecina, seudo hippie. No le gusta, no puede evitarla, para mal y bien. De su fusión nacerán nuevos mundos cósmicos e indescriptibles… En este relato vemos las notables influencias del autor y cómo Veres las deviene suyas y personales.
Retorno a la escuela de medianoche:
Nacer o nacer dos veces, en una fosa, costumbre local, porque los muertos vuelven, y es mejor prevenirse. Dos jóvenes indagan sobre el origen, sobre los cultivos de piernas y similares. ¿Podrán escapar de la tradición…? Enrevesado, visual, ajeno, un texto complejo de explicar que se disfruta en el contexto de la antología.
Dormiremos en la nieve:
Robi y Luca se fugan al balneario, decadentes, atropellando a algo durante el viaje. Prosiguen hasta lo idílico, que comparten con una pareja de desconocidos. Pero las muertes y lo ignoto los rodean, para normalidad de tres de ellos cuatro. ¿Por qué…? Atmósfera opresiva dentro de un balneario que demuda en maldito, y siempre sus certeros personajes, principales o secundarios.
Multiplicado por cero:
Viajes Abbadon ofrece experiencias extremas, fuera de lo común. Un viajero narra el diario de su experiencia por etapas. Cómo es el periplo a su elección de perversidad, las condiciones que se les van imponiendo, las bajas de los débiles, su perfecto guía y Nora, la mujer, el acceso a mitos, criaturas y dioses nefastos… El mejor de los cuentos, sin duda, una novela condensada, intensa, maquiavélica, que se queda contigo una vez termina. Tremebundo. Debes conocer al Señor sin Nombre y a los Señores que Duermen. Lo tiene todo.
El complejo Ámbar:
Un borracho por inducción y casualidad, accede junto a un grupo de élite a la cata de vinos oscura por excelencia. Y mucho más que eso, por el compromiso que adquieres al entrar. La sucesión de brebajes, complejos como los denominan, son más que ambrosía, es alucinosis compartida. Puedes quedarte con uno de los vinos y lo que te ofrece, o seguir hasta el final de la degustación, un final nunca alcanzado por nadie… Sublime, a la altura del anterior (técnicamente, mejor, pero, mi gusto se decanta por Abbadon), mezcla lo sensitivo con lo terrible, en susurro, casi sin necesidad de mentar la oscuridad latente, de la nada al todo a la nada.
La máquina de color sangre:
La máquina arranca subrepticia, cuando nos damos cuenta, lo ha cambiado todo, poco a poco, porque los cambios graduales se aceptan, incluso al precio de la otredad, carne y sangre. Poco a poco, nos adaptamos, a todo lo que la máquina requiere, ¿por qué no? Si la vida es mala, la máquina quiere devenirla en algo seguro, aunque sea abominable… El relato más terrible, porque esconde ese trasfondo de realidad sobre la sociedad en la que nos hemos convertido, y lo que podríamos y sin duda, seremos, acomodados, mansos, con una escena final espléndida.
El cielo lleno de cuervos y luego nada en absoluto:
¿Ángel, demonio o musa? ¿Qué acompaña al rockero Csaba desde su tierna concepción? ¿Por qué se muestra y qué quiere que haga? Porque sigue presente, pese al éxito y posterior caída del músico. La música, ese idioma universal incluso para los venidos de muy lejos… Un cuento de amor, de devoción, de obstinación mutua, sobre el destino, quizá de los más canónicos, por eso no llega tanto, rayando el notable.
Está entre vosotros:
Esa adolescente que sufre acoso por una fe diferente, por ser diferente, brutalizada en el colegio, dejándose brutalizar en la vida real para sentir o dejar de sentir. A partir de esta joven, y con círculos concéntricos de personas vinculadas a esta religión obscena a base de saltos adelante y atrás en el tiempo con la muerte de la tía Márti como centro de esa espiral, el horror… Reparto coral para comprobar lo que suponen las decisiones y las consecuencias resguardados entre la creencia, la duda y la necesidad de pruebas de ese Gran Señor. Representativo de la actualidad (un detalle, coinciden nombres con otros textos, no busquéis relación).
Negro tal vez:
Una familia urbanita paga por ser parte de la peculiar tradición del campo, arduo trabajo incluido, a la que arrastran a su hija. Aceite de caracol, cadenas, pesca de larvas bajo tierra. Pero esas larvas necesitan esencia y viene del sacrificio de lo más puro e inocente… Cuento ritualista con terror rural que refleja el machismo atávico, la diferencia de clases, la fuerza de la fe, y cómo de distintos e iguales somos en cualesquiera parte del mundo, masificado o perdido. Gran cierre.
Breve, porque, más que leer esta reseña, debéis devorar la colección de la que habla.
Sus tramas, novelas cortas, condensadas, perfectamente definidas, de cadencia lenta pero ritmo vivo. Los personajes, característicos, te acostumbras una vez que avanzas en cada texto, propios, intuyo, de su tierra de origen, colindantes con la mediocridad o con la obsesión. La atmósfera, sobresaliente, desarrolla sus textos como cortometrajes, a planos, a escenas, a etapas, y les incrusta una sensación sensorial tangible que podemos paladear para bien y mal. El estilo lo define como alguien de culto y diferencial, o mucho me equivoco, coge lo mucho bueno, lo fusiona con esa metodología fílmica, y estalla en su propio carácter literario, de alta escuela, sin envidiar a otros y otras más valorados debido a la denostación del horror como mal llamado género. Los desenlaces, precipitados, filosos, abiertos, son de precisión cirujana. Te dejan en pasmo.
Poco más, creo que tenemos una relación de confianza, por otros autores que hemos ido descubriendo de la mano, para saber que esta antología y este autor es diferente y será diferencial.
Arriésgate y salta al abismo. Tornarás cambiado. Conocerás nuevos miedos. Disfrutarás lo pavoroso, truculento y surrealista. Junto a la colección última de Gemma Files, lo mejor del 2024.
Negro Tal Vez es para ti, es para cualquier buen lector o lectora.
Pd: lo releeré con más poso. Y quedo atento a todo lo que produzca y se traduzca. Menudo genio.
Una reseña de Román Sanz Mouta
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Tras leer la reseña maldigo haberlo hecho, pues el señor Román me ha despertado una curiosidad malsana por esos relatos diferenciales.
El maldito Román tiende a cometer actos así. Pero es mejor aceptarlo y no resistirse. Como mucho, podemos hacer un club de anti-fans para darnos apoyo mutuo.