La novia gitana es un thriller con vocación de bestseller. El ritmo es trepidante, los capítulos cortos, el lenguaje llano y asequible a cualquier perfil de lector y el desarrollo muy cinematográfico. Los diálogos son amenos pero los personajes, llenos de clichés, no arriesgan nada; han sido planteados sobre una fórmula de eficacia probada. Todo esto, sumado a la gran promoción de su editorial para la supuesta primera novela de una autora desconocida que, dicen las malas lenguas, es seudónimo de alguien más reconocible, ha desatado la ira de un alto porcentaje de aficionados al género que lo consideran un producto de marketing. Y el hecho de que han sido publicadas entrevistas (sin foto) en algunos medios, no ayuda a despejar dudas.
Pero es innegable que esta obra, polémica aparte, tiene también virtudes. La primera y fundamental es que es realmente entretenida, de las que te tienen en tensión durante unos pocos días porque eso es todo lo que te durará. Por otro lado, está realmente bien planificada (aunque tiene más vocación de película que de novela). No es del tipo de argumento que te va dejando indicios que casan al final, sino de aquellos en los que una pista te lleva a otra y descubres al asesino a la vez que los protagonistas, sin necesidad de mirar atrás y ver que todo estaba ahí. Todo encaja al final sin chirridos ni actos de fe.
Aunque lo que a mí más me ha gustado es la ambientación. Para alguien de Madrid como yo, es fácil reconocer la esencia de cada lugar descrito en la novela. Desde la calle Orense al barrio de Carabanchel pasando por la Plaza Mayor, la Calle Barquillo o el barrio del Rastro y Lavapiés. Y es que con un buen decorado ya tienes más de la mitad de la obra, y si no que se lo pregunten al Capitán Alatriste.
Evidentemente no es la mejor novela negra de todos los tiempos, ni siquiera del año y como dije antes, contiene todos los clichés de la novela policíaca actual, (protagonista traumatizada con algunas aficiones curiosas, sexo compulsivo y hacker incluidos). Pero te asegura adicción y entretenimiento sin baches, y es autoconclusiva aunque te deja con la necesidad irrefrenable de leer la segunda parte, ‘La red púrpura’ con la que se enlaza al final. Y si eres fan de Mina… pues ya estás tardando en leerlo.
Al decir, Mila… ¿Es posible que Mila Ximénez haya escrito un libro? Me repele la prensa del corazón, y si es de Tele 5, más, pero igual es que su camino debe ir por otros derroteros. Muy bueno el análisis del libro.
Hola Beatriz! Creo que me entendiste mal, puse Mina, no Mila, porque la diva italiana con sus canciones tiene un pequeño papel en esta novela. Comparto tu opinión respecto a Tele 5 y dudo que alguien que pueda hacer un libro de cierta calidad (y venderlo) pasase sus días en determinados espectáculos…