“No me molesten, quiero dormir por mucho tiempo”
Cuando se es feliz no se sueña con el apocalipsis. Cuando se es feliz, no se tiende a pensar que cualquier época pasada fue mejor. Hay personas marcadas desde su infancia. Personas que solo sintieron felicidad en contadas ocasiones y que desearían vivir en otro mundo menos insoportable. Personas que anhelan secretamente una catástrofe, un “reinicio” o un salto a otra dimensión donde las cosas sean diferentes. Algunas de ellas, tarde o temprano, se cansan de esperar. O tal vez de soñar. Perciben el futuro como un inevitable infierno y tienden a ver en la muerte una oportunidad para poder descansar. O para reunirse con quienes se marcharon antes.
Robert H. Barlow, poeta, antropólogo e historiador precolombino, decidió quitarse la vida en enero de 1951. Tenía 32 años. La frase de arriba es lo último que escribió. Tal vez se rindió. Tal vez se cansó de ocultar su homosexualidad y, probablemente, no pudo soportar el chantaje al que le sometía un alumno descontento. Es muy probable que, en sus últimas horas, echase la vista atrás y recordase su triste infancia, su soledad. También la primera vez que leyó un relato de su gran amor, la primera carta que le escribió y aquellos meses que pasaron juntos. De adolescente quería ser como él. Le embriagaban esas atmósferas de pesadilla que creaba y adoraba la crueldad de sus dioses, seres ancestrales e inmisericordes que amenazaban con exterminar a la humanidad. Era su maestro, activaba como nadie su imaginación y le hacía soñar con secretos que lo cambiarían todo. Con otros mundos. Seguro que cuando ingirió el Seconal, lo hizo llorando su pérdida y sintiendo rabia hacia quienes le habían arrebatado su legado. Pero no me cabe duda de que, cuando comenzó a sentir sus efectos, se calmó. Porque pronto viajaría a un lugar donde no tuviese que temer a los hombres y donde pudiese amar abiertamente a H.P. Lovecraft.
Esta antología no sólo es imprescindible para quienes deseen contrastar la influencia que el autor de Providence ejerciera sobre el mayor de sus admiradores. Lo es también para quienes quieran aproximarse a un hombre de gran talento que nació en la época equivocada y que encontró, en los aún poco valorados relatos de Lovecraft, inspiración, una vía de escape, y también su perdición.
La noche del océano y otros cuentos reúne la práctica totalidad de las obras de ficción de Barlow. Tanto las primeras, cargadas de intensidad e ingenuidad (las peor resueltas), como las más maduras, íntimas y mejor construidas. En todas demuestra ser un extraordinario generador de atmósferas. Con muy pocas palabras era capaz de crear universos que atrapaban al lector y lo invitaban a soñar. Temeroso o anhelante del apocalipsis, ideaba constantemente terribles futuros en los que hombres y mujeres debían volver a etapas pretecnológicas cargadas de dolor y sufrimiento.
El que da título a la antología (coescrito con Lovecraft) es un relato indispensable para todos los amantes del horror cósmico y el weird. Pero no es la única joya que contiene este volumen: Origen indeterminado y Regreso al atardecer también son magníficos. Además, en las últimas páginas se pueden leer sus poemas, algunos formales, otros experimentales; sin duda, los más hermosos son los reflejan el amor que sentía por su maestro, aunque los inspirados por las culturas precolombinas que estudiaba son también muy interesantes.
Tal vez Barlow pretendiera, con sus relatos apocalípticos, devolvernos a un pasado más salvaje (aunque menos dañino). Puede que, para él, los misterios del pasado y la literatura weird no estuviesen tan alejados. Es incluso posible que estemos equivocados y que descubriera un portal a otro mundo entre las ruinas de los Mayas. ¿Y si el Seconal fuese la llave? En todo caso, respetemos su voluntad y no le molestemos. Leamos sus cuentos con atención y entendamos cómo y cuándo los escribió. Es probable que, mientras lo hagamos, él y Lovecraft nos estén mirando.
¿Te ha gustado esta reseña? ¿Quieres descubrir más libros como este? ¡Hazte mecenas de El yunque de Hefesto! Hemos pensado en una serie de recompensas que esperamos que te gusten.
También puedes ayudarnos puntualmente a través de Ko-fi o siguiendo, comentando y compartiendo nuestras publicaciones en redes sociales.