Pedro Zarraluki, tras nueve años sin escribir, saca a la luz esta novela en la que sus personajes principales, Vicente y Andrés recuerdan, durante los dos meses de verano, lo acaecido en sus vidas. Para ello eligen un lugar casi paradisíaco, una cala de Ibiza, en 1969, donde veranean en el único hotel, regentado por Josefa Martínez. La tranquilidad del entorno invita a la relajación, a reflexionar, y las voces del resto de personajes suponen para los lectores un recuerdo de lo ocurrido en aquella época, para que no lo olvidemos.La curva del olvido contiene algo de autorreferencialidad; el paso del tiempo y los desgastes que produce en el hombre son evidentes.
También el paso del tiempo es el arma utilizada por el gobierno para reforzar el en pueblo la curva del olvido y que diera la impresión de que España era un país afortunado «nadie quería recordar […] El Régimen empezaba a relajar su despiadada venganza y celebraba ya los años de paz en lugar de los años de victoria».