El humo y la niebla engullen el resplandor de los hogares.
La anciana salta la tapia. Su presencia agita al ganado.
El cabrito espera su momento. Servirá.
Tras la ventana, el sacerdote consuela a su hermana que, entre fiebres y delirios llora sin voz. La vieja toca el cristal. «Es la hora», dice el cura al abrir la puerta. También pasa el chivo, que sube a la cama y orina en la almohada.
Una mano arrugada acaricia la entrepierna de la niña.
El hombre se gira avergonzado.
Tarde. Debió hacerlo meses atrás.
—Ya viene —dice la partera—. El macho decidirá si es su igual.
Desgarro. La joven se desmaya. Sangre. Demasiada.
El niño asoma a la vida.
El padre se acerca.
El animal se levanta sobre sus cuartos traseros. Toma impulso. Se deja caer con la testa. Hunde su pequeña cornamenta en el cráneo del demonio ensotanado.
Imparte justicia.
Microrrelato nominable al II Premio Yunque Literario
Vicente Ortiz
Escribo de forma intermitente desde hace unos 12 años. He ganado algún concurso de micros en La rosa de los vientos, de Onda Cero. Alguno de mis relatos están en formato sonoro en “historias para ser leídas”, “Cuentos y relatos”, “Órbita arrakis” o “Cuentos del bosque oscuro”. He participado en algunas antologías. Formo parte de Territorio Extrañer y Dentro del monolito.
Soy el autor de Relatos Extrañers
¿Te ha gustado este relato? ¿Quieres contribuir a que nuevos talentos de la literatura puedan mostrar lo que saben hacer? ¡Hazte mecenas de El yunque de Hefesto! Hemos pensado en una serie de recompensas que esperamos que te gusten.
También puedes ayudarnos puntualmente a través de Ko-fi o siguiendo, comentando y compartiendo nuestras publicaciones en redes sociales.
Gracias por publicarlo.
Un abrazo.