Es difícil encontrar una biografía totalmente satisfactoria. Las autorizadas como en este caso, (y más si están firmadas por alguien tan cercano al personaje como su hermano), suelen ser como mínimo, amables. Las no autorizadas tienden a explotar el lado más polémico y amarillista. Y este libro que habla del que fue el mejor boxeador del mundo “libra por libra” de finales de los años ochenta y principios de los noventa, no es una excepción.
Tal vez en España quede algo diluida la importancia cultural del “César del Boxeo”, pero fue todo un icono popular en México y gran parte de Estados Unidos durante su larga carrera. Era amado por la mayoría de la población, requerido por todas las estrellas de su país para sus fiestas y visto habitualmente con políticos y jefes del narcotráfico. El también conocido como “Míster KO” terminó su carrera con el impresionante record de 107 victorias, 6 derrotas y 2 nulos además de un grave problema con las drogas y el alcohol.
La biografía, escrita en primera persona, pasa de puntillas por su infancia. Nos cuenta lo justo como para poner en contexto al tercer hermano de una saga de boxeadores que tuvieron una infancia dura pero presuntamente feliz; las únicas pinceladas acerca de su personalidad tienen la función de ensalzar su valentía y el amor que sentía por su familia.
El autor entra rápidamente al grano de lo que fue su carrera profesional y nos describe uno a uno los combates que le llevaron a sus varios campeonatos del mundo; durante aproximadamente dos tercios del libro leeremos sus peripecias frente a la “Mamba Negra” Mayweather, Oscar de la Hoya, “Macho” Camacho, “Azabache” Martínez… Sí, el libro es excelente para ir viendo sus épicas batallas mientras lo lees, pero ni en esto es modelo de objetividad; ensalza algunos como el enfrentamiento con Meldrick Taylor (merecidamente), o el de Haugen, y sin embargo le resta importancia a otras peleas como la que tuvo con Whitaker y que marcó el inicio de su declive.
En el último tercio de la obra, lo que parecía un simple recorrido pugilístico termina convirtiéndose en un listado de fiestas y “encuentros” con, sobre todo, figuras de la canción mexicana, para después dar paso a una oda a su salida del mundo de las drogas y su carrera de comentarista deportivo.
En definitiva: el libro deja un mal sabor de boca tras la épica de sus combates ya que es inexcusable su carácter propagandístico; reinventa toda una vida decidiendo por el lector que tenía importancia y que no, ignorando unos hechos, suavizando otros o dibujándolos como meras travesuras de alguien a quien sólo se le atribuyen virtudes. No profundiza en temas clave como su amistad con el ex-Presidente Salinas de quien decían que le favorecía para luego valerse de su amistad obteniendo mayor popularidad, o sus múltiples apariciones con jefes del narcotráfico a los que se menciona como simples y generosos compañeros ocasionales de fiestas. Tampoco habla apenas de Don King, el controvertido promotor clave en su carrera, ni de José Sulaimán, el presidente del Consejo Mundial de Boxeo con el que tenía, al parecer, otra gran amistad. Por tanto, que nadie espere encontrar lo que promete la contraportada: una historia sin censura.