En el planeta Zigurat todo es salvaje, extremo, desproporcionado. Los seres humanos, llegados allí cinco siglos antes, han tenido que adaptarse a un lugar en el que todos los (enormes) seres vivos les son hostiles, donde las temperaturas varían tanto de una estación a otra que están condenados a moverse permanentemente sin poder asentarse en ningún sitio, y donde lo único que pueden comer es lo que se deriva de una sustancia que recolectan y a la que llaman ámbar.
Esta novela corta es fascinante; asombra con un inicio que rompe los esquemas de cualquiera que no sepa a qué se va a enfrentar y en apenas unas páginas el autor imprime un ritmo frenético que no decae hasta el final. Narrado en primera persona por el máximo responsable de la seguridad de La Reina mantiene un tono duro, violento y militarista, que nos contagia su desprecio por los estamentos político y religioso, pero también su amor por Ella, porque Ella lo es todo.
Pero esta vertiginosa historia es mucho más que una sucesión de combates épicos y la descripción de una lucha desesperada. Los temas de fondo son la deshumanización y la adaptación al medio. Una evolución forzada en un mundo que repite patrones biológicos similares a los de la Tierra y que hará las delicias de cualquier entomólogo ya que la subsistencia humana (si es que lo siguen siendo), depende de la reproducción masiva y de un crecimiento acelerado que haga a la colonia disponer de efectivos para la recolección, la defensa o el transporte tras cada masacre. Y es que la supervivencia prima sobre la conciencia, los impulsos biológicos, reproductivos y agresivos, terminan siendo irresistibles cuando el estado de estrés permanente en el que viven, donde todo es “¡A muerte, a muerte, a muerte!”, inclina cada vez más la balanza de su lucha interna en contra de su postrera humanidad hasta el punto de desear renunciar a ella, y donde todos los afectos terminan desapareciendo (todos excepto uno, su amor, el de todos, por La Reina).
David Luna es un escritor tremendamente adictivo. Conjuga, en esta novela ganadora del premio de Ciencia Ficción UPC 2016, el entretenimiento más excitante con ideas muy originales que dejarán al lector pensando una larga temporada en la teoría de Darwin, en la vida como una serie de ciclos cuya finalidad es la supervivencia y, sobre todo, en lo único que importa: en sus enormes ojos, en su voz en nuestra cabeza… porque ¡La Reina lo es todo!.