Imagina que vivieses en un Madrid donde los pájaros caen fulminados por un nivel de contaminación tan alto que provoca muertes y enfermedades en los adultos, malformaciones y mutaciones en los fetos. Donde al mirar al cielo sólo pudieses contemplar una nube tóxica, y al observar el suelo una extraña capa de suciedad recubriese el pavimento. Imagina que fueses el hijo de un gigante, un hombre extraordinario al que todos admiran y que, sin embargo, te abandonó cuando eras un niño. Imagina que las desigualdades sociales son tan grandes que los inmigrantes y los más pobres deben recurrir a hospitales ilegales. Imagina también que las dos mayores celebridades del barrio donde te criaste, Carabanchel, son dos asesinos en serie.
Si en ese contexto planeases torturar y matar a las personas que acabaron con la vida de tu novia delante de tus ojos, ¿serías víctima o verdugo? ¿Y qué sentirías si te dijese que toda tu existencia es un engaño, que nada, ni lo que has vivido, ni quién eres, ni lo que eres, es cosa del destino?
Esto es, en líneas generales, lo que encontraréis en la primera de las cuatro partes de esta narración; la historia de un crimen atroz, derivado de otro, que no deja al lector decidir si aprueba o no el comportamiento de su protagonista y narrador. Lo que viene después, tras el primer giro argumental y la aparición de Maximiliano Luminaria (protagonista de la magnífica Te quiero porque me das de comer), es difícilmente clasificable.
Europa es una obra extrema, compleja y muy trabajada con varias fases diferenciadas; es novela negra, es distópica, es apocalíptica y contiene muchos elementos del ciberpunk. En ella Aureliano, nuestro ¿antihéroe?, sufre en su propia esencia (no sólo en su carne), cambios monstruosos acordes a las transformaciones que también observamos en una sociedad cada vez más brutal y degradada. Violencia, corrupción, desprecio por el medio ambiente, totalitarismo, represión, diferencia de clases… todo confluye aumentando la presión página a página y ofreciendo sólo dos soluciones: una revolución, o el fin de la humanidad.
Europa es una obra extrema, compleja y muy trabajada con varias fases diferenciadas; es novela negra, es distópica, es apocalíptica y contiene muchos elementos del ciberpunk. En ella Aureliano, nuestro ¿antihéroe?, sufre en su propia esencia (no sólo en su carne), cambios monstruosos acordes a las transformaciones que también observamos en una sociedad cada vez más brutal y degradada. Violencia, corrupción, desprecio por el medio ambiente, totalitarismo, represión, diferencia de clases… todo confluye aumentando la presión página a página y ofreciendo sólo dos soluciones: una revolución, o el fin de la humanidad.
Quien haya seguido la carrera literaria de David Llorente advertirá, una vez reposada esta novela, que se trata de otro salto evolutivo en su discurso narrativo. Su crítica social es más salvaje y decidida que nunca. Su prosa continúa desobedeciendo normas gramaticales, y aquí la estructura, la fórmula descriptiva, tampoco es común; podría compararse con una mirilla que se va abriendo para mostrarnos la misma escena con marcos cada vez más amplios. Europa es dura, cruda, desasosegante, y vuelve a otorgar al barrio de Carabanchel la misma importancia que a un pequeño país, extrapolando sus miserias al resto de la ciudad. Una historia que, rescatando la arquitectura carcelaria de los panópticos, resulta por momentos tan Orwelliana como Madrid: Frontera, y de las que hacen que el lector pase inmediatamente del asombro a la reflexión para, páginas después, volver a sorprenderse. Llorente nos recuerda que el continente que da título al libro no es más elevado ni tiene un destino distinto al de nuestro territorio. Además, este libro también contiene un potente discurso sobre el comportamiento humano, la reinterpretación de la historia, y la idolatría hacia los personajes equivocados. Pero ante todo, es un magnífico ejercicio literario que esconde a un protagonista, Max, detrás de otro, Aureliano.
¡Larga vida a la estirpe de los Luminaria!