En la literatura, como en el amor, el éxito es producto del trabajo, la perseverancia, el buen criterio y la paciencia. No quiero que se confunda el éxito con las ventas, como tampoco ha de confundirse el amor con la cantidad de hijos ni con los bienes gananciales. Hablo de calidad, de originalidad, de autenticidad. De un camino recorrido y de un momento literario prometedor.
Para mí, P.L. Salvador es un escritor de éxito. Gracias a él aprendí a valorar la pulcritud en la prosa y entendí que, en la LITERATURA, tan importante es la forma de contar las cosas como lo que se cuenta en sí. Porque las palabras son las que definen al autor. A la persona. Un narrador auténtico no imita; habla con voz propia, explora su camino y se busca a sí mismo. No antepone las ventas ni el aplauso, por mucho que los anhele. No olvida que ha de sorprender, evolucionar y hacer sentir.
Durante años me sentí fascinado por él. Lo encontraba directo, atrevido, autorreferencial y valiente. Me sorprendía en cada historia. Se hacía presente en cada una de sus novelas, como personaje o como aludido, y me recordaba que las letras han de estar tan vivas como nosotros. Que se puede jugar con las estructuras sin romperlas. Que no es necesario que exista un muro invisible entre lo que se escribe y quien lo hace. La literatura es parte de la vida, al menos de la de quienes la amamos. Y él lleva estas ideas por estandarte.
En los últimos tiempos he sentido cómo disminuía mi admiración. Tal vez, porque me sobreexpuse a su obra, o porque me topé con alguna barrera invisible que me distanció de él. Tal vez, porque pensé que ya no podría seguir sorprendiéndome al reinventarse a sí mismo dentro de sus historias, o porque entendí que nuestros universos eran demasiado diferentes. Pero he leído su último trabajo y he recordado que, en muchos aspectos, sigue siendo el escritor al que me gustaría parecerme.
El Diluvio Anónimo supone un cambio de registro en la última etapa creativa del autor valenciano. Continúa uniendo historias (cinco en una) y combinando elementos filosóficos y metaliterarios de forma brillante. Sigue explorando la condición humana e invitando al lector a reflexionar sobre el amor, la búsqueda de la propia identidad y el destino. Menos vanguardista en la forma (no en el fondo), renuncia al protagonismo literal y abre la puerta a géneros tan dispares como la literatura gótica y la ciencia ficción en la que es, paradójicamente, la más galdosiana de sus obras recientes.
Si tanto me amas es la novela río que, a modo de capítulos, intercala otras historias (spin-offs literarios) que la nutren, completan y enriquecen. Una saga familiar de tintes realistas que, no obstante, flirtea con el goticismo y se niega a cerrar las puertas a lo asombroso, porque en la literatura, como en la vida, debe haber lugar para las sorpresas.
Estamos ante una historia de historias impulsadas por el amor y el espíritu crítico; romances trágicos y sufridos que requieren, como la literatura, del sacrificio, la paciencia y la perseverancia para dar sus frutos. Ante un desfile de personajes honestos y sin dobleces que no ocultan sus deseos ni aspiraciones (veo rasgos de Salvador en ellos, sin verlo completamente a él). Ante una aventura que evoca a algunos clásicos del terror sin incursionar en el género, y ante una historia de ciencia ficción filosófica que, durante setenta páginas, nos saca de nuestro mundo y, como en 2222, nos enfrenta a nuestros peores defectos como especie.
En El diluvio anónimo encuentro, por tanto, una obra distinta a sus últimas creaciones, pero que orbita en torno a las mismas obsesiones. Una novela sobresaliente que desafía convenciones, traspasa géneros y ofrece una experiencia única y enriquecedora a los lectores inquietos que entienden que la literatura ha de continuar su evolución, y ayudarnos con la nuestra.
¿Te ha gustado esta reseña? ¿Quieres descubrir más libros como este? ¡Hazte mecenas de El yunque de Hefesto! Hemos pensado en una serie de recompensas que esperamos que te gusten.
También puedes ayudarnos puntualmente a través de Ko-fi o siguiendo, comentando y compartiendo nuestras publicaciones en redes sociales.