Cuando un@ se acerca a una obra de Dioni Arroyo puede tener claro que será distinta de todas las anteriores. Ahora nos toca una novela que encierra dos universos muy diferentes aunque perfectamente enlazados.
Al principio nos enfrentamos a una Ucronía Steampunk. Os recuerdo que una Ucronía es una historia en la que se altera algún hito histórico para retratar una realidad alternativa de nuestro presente o nuestro futuro. Aquí el autor nos sumerge en un mundo en el que triunfó la Revolución Menchevique, pero cuyo devenir condujo a un orden global totalitario muy parecido a la peor época de la extinta U.R.S.S. Además nos encontramos otras dos particularidades extraordinarias; el fracaso en el desarrollo tecnológico (todo se mueve con máquinas de vapor o ingenios de cuerda, de ahí las reminiscencias Steampunk), y un orden social en el que las mujeres dirigen la sociedad a todos los niveles de manera inflexible e impermeable. En muy pocas páginas, Arroyo nos descubre una sociedad comunista militarizada, de un feminismo degenerado y mal entendido en la cual se ha “liberado” a las mujeres de la carga de la procreación y la cría para que puedan centrarse en desarrollar sus habilidades en beneficio del estado y, de paso, se han eliminado los vínculos familiares. Incluso la convivencia en el hogar la determina el estado en función de su utilidad. Se trata pues de una civilización que no ve bien los afectos y donde las personas no tienen importancia como individuos.
En este ambiente social y ecológicamente opresivo, pues debido a la emanación de gases de toda clase de maquinarias (excepto autómatas, que también hay pero que funcionan con extraordinarios mecanismos de relojería) el cielo es gris y el aire irrespirable. Pero a pesar de todo, la civilización necesita seguir avanzando y paliar el agotamiento de recursos y riquezas minerales, así que Milena, la protagonista de la novela, será elegida para encabezar un reducido grupo que aprovechando un suceso que altera ciertas leyes físicas conocidas, viaja a un lugar diferente. No os puedo contar como ni donde, pero os diré que aquí es donde Arroyo pega el salto a otra historia, una adictiva aventura de tintes “Pulp” que roza el terror fantástico y donde también son las mujeres las protagonistas.
La novela deja algunas cosas en el aire, no sé si pidiendo a gritos una continuación o por capricho del autor para que al terminar la última página nos centremos en la evolución personal o mental de Milena. En todo caso es una obra asequible para cualquier perfil de lector y tremendamente entretenida. Podría haber exprimido mucho más esa sociedad de la primera parte de la novela (personalmente me habría encantado), pero Arroyo ha optado por un relato ágil y directo, liberando la historia de datos y subtramas que pudieran ralentizarla. De cualquier forma, y aunque en este relato prima la diversión frente a la carga social, sí encontramos un recordatorio necesario de lo nefasto de los totalitarismos, una alerta ecológica y, con este juego de cambio de roles, nos hace pensar a los que no lo hemos sufrido en lo injusto de la desigualdad histórica entre hombres y mujeres.
Por último y aunque se sale de la reseña puramente literaria, me gustaría destacar la preciosa edición de Huso editorial y la portada de la novela, una de las más bonitas que he visto.
No sé de dónde sacas estos libros tan especiales. Los leería todos pero no puedo ni con los míos. Lo bueno de tus reseñas es que te cuentan lo suficiente como para que te hagas una idea. O sea, que conoces el libro sin conocerlo. Hay un libro antiguo titulado Mil libros que fue escrito con el propósito de acercar al lector libros que no podría leer por falta tiempo.
Sabes que al igual que a ti, me gusta buscar lecturas diferentes. De nada sirve leer una y otra vez la misma historia con pequeñas variaciones. Y el tiempo si que es un problema; deberíamos vivir al menos el doble para poder leer más, que mil libros son pocos y hay que disfrutarlos en primera persona.