Amanecer es un relato de alrededor de 60 páginas en papel (y por ahora probablemente sólo se pueda encontrar en formato digital). Es muy difícil desgranar una lectura tan corta sin hacer spoiler, y por eso no podré decir todo lo que me gustaría sobre ella. Tendréis que conformaros con lo siguiente:
Cotrina no pierde el tiempo en adornos ni florituras. Va directamente al grano desde la primera página haciendo que te sumerjas en el misterio. El inicio te lleva a considerar, irremediablemente, que estás ante una obra de terror. Arranca con un amanecer en el que todo se ha detenido. Joaquín, un joven estudiante de Bellas Artes, se despierta y descubre que el tiempo se ha parado y la ciudad parece vacía. Le cuesta respirar y moverse y no hay propagación de sonido. Tampoco sabores. Está solo.
A partir de ahí, cuando el lector pasa la breve etapa inicial de desconcierto y angustia, el autor le vuelve a situar en un escenario de ciencia ficción con una trama propia de una novela apocalíptica. Sin embargo, el abanico de sensaciones que fluyen al leer este relato incluyen el amor y el optimismo, dejando la impresión de que lo mejor del ser humano siempre supera a lo peor. Y el final es magnífico, revalorizando aún más todo el texto; uno de esos que hacen pensar y dan significado a la famosa expresión ‘sentido de la maravilla’, asociada al género.
Al leer obras como esta o como Mala racha, y echar un ojo a lo profuso de su obra, Cotrina da la impresión de ser un ‘escritor hormiga’ que hace lo que le gusta, sin preocuparse de nada más. Su talento para crear historias asombrosas en muy pocas páginas es fascinante. Tanto es así que pienso que es uno de los mejores escritores españoles actuales de Ciencia Ficción, y eso que el género goza de excelente salud, aunque no tenga la repercusión mediática merecida. Pero claro, este es un país de máximos y mínimos para muchos campos y la literatura de género no es una excepción. Es como si toda la atención de los medios y la gente fuese a un solo deporte, a uno o dos géneros literarios, uno o dos actores o actrices, periodistas, programas de televisión, etc, y no tuviésemos capacidad para atender o apreciar a nada/nadie más.
Bueno, que me pierdo. ¡Qué tenéis que descubrir a José Antonio Cotrina!