El desierto puede ser hermoso, hipnótico, misterioso, insondable. Cerrad los ojos, sentid el calor, la tierra seca bajo vuestros pies. Concentraos, que el sudor y la sed no os distraigan. ¿notáis algo más? ¿Algo que se mueve? ¿El sonido del viento? ¿Es paz lo que os transmite o se trata de una sensación terrible? ¿Y aquello que se ha desplazado, es un ser vivo o está muerto? ¿Lo que oísteis era realmente el viento o era una llamada? ¿Estáis ante vuestro destino u os enfrentáis a vuestra perdición?
¡Huid, marchad con vuestra familia!. Es un refugio, un lugar seguro, un sitio al que volver cuando las cosas van mal. ¿Percibís el amor y la calma? ¿El afecto de vuestros seres queridos? Un momento, ¿no aprietan demasiado? ¿Son sus abrazos o son cadenas? ¿Se trata de amor o de posesión? ¿Por qué duele tanto? ¿Es normal esta asfixia? ¿y la sangre?
Tranquilos, os queda la esperanza en el futuro: Tal vez ahí todo sea distinto. Puede que se trate del fin de todo lo malo que hayáis vivido. También de lo bueno. ¿Soñáis con un mundo de naturaleza exuberante, con seres de otros mundos y con uniros tan íntimamente a otra persona que seáis un solo ser? Entonces sí, vuestro sitio es este. O tal vez el sueño se vuelva pesadilla.
Lucy Taylor ha elaborado la trampa perfecta: doce relatos adictivos, asombrosos y desasosegantes que atraparán a cualquier lector, principiante o experto, que sienta la necesidad de descubrir los secretos que la mayoría prefieren ignorar. Dispares en forma, fondo y extensión, exploran estériles páramos, frondosos bosques y cuevas misteriosas, generando una complicidad única con sus personajes (de distintas edades, ocupaciones y sexos). Sus tramas pueden recordar inevitablemente a Poe, Lovecraft, Philip K. Dick, Kafka, las brujas Shakesperianas o a los terrores más cinematográficos y su prosa abarca el amplio espectro que va desde un lenguaje modélico a otro descarnado y deliberadamente soez. Pero nadie, tras pasar la última página y haber mirado a los ojos a la Santa Muerte o haber copulado en el infierno, podrá culpar a Taylor de nada, pues ella, en un magnífico prólogo donde nos habla de su obra y sus inquietudes, pone todas las cartas sobre la mesa.
Los relatos, de una calidad media notable, se agrupan en 3 grupos temáticos (desierto, familia y futuro), y tratan en muchos casos asuntos duros e incómodos que denotan las preocupaciones de la autora, elevando problemas sociales como la violencia de género, las relaciones tóxicas o el incesto al grado de terror. Por tanto hay que advertir que en estas páginas se conjugan escenas sexuales explícitas o aberraciones y crueldades físicas con espectros, seres demoníacos y lazos invisibles que impiden escapar al destino. Pero las secuencias más crudas son sólo un medio y no un fin en sí mismas. Además tienen la misteriosa virtud de, saltando entre lo onírico y lo explícito, navegando entre las aguas del thriller psicológico, lo paranormal o el body horror, no desentonar entre sí.
Pero no os asustéis más de la cuenta. La muerte puede ser justa, los asesinatos necesarios y la locura un punto de vista diferente. Así que si queréis descubrir a una de las mejores autoras de relatos de nuestro tiempo y disfrutar de auténticas joyas como ‘un descanso para los muertos’, ‘la familia sumergida’, y sobre todo ‘Subsunción’, leed esta obra. Pero sed precavidos, no confundáis a los buitres con dioses ni os convirtáis en cazadores cazados; puede que no estéis preparados para lo que encontraréis.
Un libro que me atraía y que ahora necesito leer. ¡Gracias!
Si no te haces con el, y coincidimos alguna vez, yo mismo te prestaré el mío. Porque se que te gustará.
Seguro que coincidiremos, cuando vuelva a abrirse el circuito de ferias de literatura. Tengo marcado el Día del Tentáculo tras el verano. Y a ver si hay Celsius… Pero te tomo la palabra si no lo consigo antes. Y apunta unas cervezas.