Los niños y los adultos viven realidades diferentes. Tal vez, la forma en que los pequeños ven el mundo que les rodea sea parcial, sesgada, influenciada por su entorno y sus progenitores. Tardan en comprender los matices y las implicaciones de cada acción. Su aprendizaje es lento y está condicionado por sus propias experiencias vitales. Puede que, por eso, la mayoría no entiendan cómo se puede obrar mal a sabiendas, cómo los adultos sólo encuentran motivos para hacer lo incorrecto. El tiempo les enseñará, tarde o temprano, que los prejuicios, la tradición y el miedo pueden pesar más que la razón o la justicia más elemental.
La novela se ambienta en Maycomb, un pequeño pueblo de Alabama, en la década de los 30. En una comunidad tan pequeña y cerrada como esa, partidaria de la segregación racial, donde todos se conocían y sufrían en mayor o menor medida las dificultades económicas derivadas de la Gran Depresión, el miedo a un estallido de violencia proveniente de la comunidad negra estaba cada vez más presente, aumentando la radicalización de la población.
Scout, una niña de 6 años, y su hermano mayor Jem no son conscientes de todo esto. Su universo se reduce a los juegos, la escuela y una creciente obsesión por Boo Radley, un misterioso vecino que apenas sale de casa y del que se cuentan leyendas de todo tipo. Su padre, el viudo Atticus Finch, abogado inteligente y de gran corazón acostumbrado a nadar contracorriente, trata de criarles libres de prejuicios y rencores con la ayuda de Calpurnia, la sirvienta de color que se comporta como una madre con ellos, y de la tía Alexandra, una mujer devota a su familia y anclada irracionalmente en la tradición. Cuando a Atticus le encargan la defensa de Tom Robinson, un afroamericano acusado de violar a una mujer blanca, el apacible mundo de los niños comienza a desmoronarse.
Harper Lee ganó el Premio Pulitzer en 1961 con esta obra que ha pasado a la historia de la literatura norteamericana con total merecimiento. La autora no sólo creó unos personajes memorables, sino que se sirvió de ellos para retratar excepcionalmente lo mejor y lo peor de aquella sociedad. Durante los 3 años en que se desarrolla la trama, el lector será niña con Scout y se hará preguntas que, a pesar de dibujar una sonrisa en él, le harán reflexionar. También adolescente a través de Jem; noble, combativo y con dificultades para tolerar la injusticia. Y sobre todo, soñará con ser Atticus, y poseer unos valores inquebrantables basados en la comprensión, el amor, la solidaridad, la tolerancia y el perdón.
Esta novela se centra en la visión de una niña, pero no es infantil. Hay un juez, un jurado y un acusado, pero no es un drama judicial. Hay víctimas y es descorazonadora por momentos, pero no es triste. Esta historia es parte de la formación que todos necesitamos; con ella aprenderemos que hay personas que son como los ruiseñores; y que hay que pelear contra todo, si es necesario, para evitar que maten a un ruiseñor.