“un uso estanco de la realidad hace que esta se convierta en una camisa de fuerza para muchos”
Friquismo es sinónimo de resistencia. Es rebeldía frente a la dictadura de la mayoría. Es protesta y contracultura. La vía de escape de aquellos que miran a su alrededor y sienten pavor o repulsa por lo que ven.Sus militantes son creativos y disconformes, luchadores con la capacidad de crear universos propios en los que refugiarse y desde los que combatir. La fantasía es su arma, su instrumento de comprensión, crítica y respuesta, el escudo que les permite detener el impacto de lo que temen e iniciar un contraataque desde su propio terreno.
Y que nadie se equivoque, no son gente tarada; son lo suficientemente lúcidos como para ver lo que los demás no ven, y lo suficientemente valientes como para resistir comentarios y miradas provenientes de aquellos con los que no encajan. Porque en muchos casos viven espiritualmente aislados, buscando su lugar, su paraíso particular junto a aquellos que reconocen como iguales. Junto a otros que también odian el orden establecido, pero temen el caos que pueda sobrevenir.
“Hay que venir al infierno para saber que el cielo es eso que nos muestra El Quijote: dos amigos, dos almas perdidas, que se muestran afecto en la adversidad”
Para Luis Artigue, poeta incluso cuando escribe prosa, abanderado del auténtico friquismo cultural y espiritual (no del producido, promocionado y rentabilizado por grandes corporaciones), Dante fue uno de los primeros friquis. Un hombre que se asomó al abismo tras ser expulsado de Florencia (su paraíso particular) y que escribió la Comedia (Divina, según Boccaccio) con el mismo espíritu de los corrosivos cómics de la contracultura más combativa. Y es que el reencuentro entre estos dos poetas sirvió de escudo al leonés en un difícil momento personal durante el confinamiento por la Covid-19. Artigue reconoció en Alighieri a un amigo que, como él, había caminado por el infierno y que le tendía la mano para que no se perdiese. Y de esa amistad, de ese sufrimiento que concluyó poniendo en alza lo positivo de la vida, nació (como juego metaliterario) esta Ficción para multitudes.
Y es que, aunque ahora mismo no lo creáis, estamos ante una obra tremendamente ácida y divertida que, mediante diálogos ágiles y repletos de referencias al mundo del cómic, nos hace acompañar a Nathaniel Mortimer en un viaje de autodescubrimiento a la vez que satiriza la sociedad en que vivimos: Matelda Loewenstein, secretaria de dirección de Dios, es la cordura y la sensibilidad que las mujeres aportan al mundo interior de los hombres y, como buena psicóloga, sacudirá su mente hasta hacerle ver su misoginia, su odio, sus miedos y su rencor. Y en Philip K. Dick, su guía por el infierno, Nathaniel reconocerá a su igual y a su amigo. Como Luis lo reconoció en Dante.
¿Cómo de friquis sois? ¿Quién será vuestro guía cuando iniciéis el camino? Leed este libro, pensad y reíd. A veces hay que salir del paraíso para valorar lo que había en él. Tal vez, si charláis un rato con Matelda y camináis junto a Mortimer y Dick, podáis descubrir en cuál de los 9 círculos del infierno terminaréis. Es posible que incluso logréis conocer a Lucifer. Y no temáis, si no os apetece este plan, estáis a tiempo de abandonar el friquismo y así alcanzar directamente el plácido y aburrido paraíso.
¿Te ha gustado esta reseña? ¿Quieres descubrir más libros como este? ¡Hazte mecenas de El yunque de Hefesto! Hemos pensado en una serie de recompensas que esperamos que te gusten. Y cuando lleguemos a la cifra de diez (entre todos los niveles), sortearemos mensualmente uno de los libros reseñados en: www.elyunquedehefesto.blogspot.com (Sorteo solo para residentes en España).
También puedes ayudarnos puntualmente a través de Ko-fi o siguiendo, comentando y compartiendo nuestras publicaciones en redes sociales.