A nadie se le escapa que el mundo cambia muy rápido y con él nosotros y nuestra forma de relacionarnos con otras personas en busca de amor, amistad, sexo o vencer la soledad. Hay ciertas etapas en la vida en que lo más fácil, cómodo y (creemos) más seguro, es optar por buscar en webs y Apps aquello que pensamos que nos falta. Interse(x)ciones nos habla de todo eso de una manera sincera, amena y elegante.
Ana Melgosa nos cuenta su propia experiencia como usuaria de Meetic y mediante capítulos cortos, cada uno dedicado a un hombre, nos hace reflexionar sobre el comportamiento humano (el masculino principalmente, pero también el femenino), el sexo y también sobre la vida, la que tenemos, la que tuvimos, la que debiéramos tener. No es fácil algo así porque para hacerlo bien es necesaria mucha valentía. Pero la autora, con una tremenda seguridad en sí misma y una claridad de ideas realmente digna de elogio se abre ante su entorno y ante el mundo, narrando que le dolió, a quién amó y aquello que vivió, hizo o pensó sin paños calientes, aún a sabiendas de que será juzgada o incomprendida en sus posturas frente, por ejemplo, el adulterio o el sexo por quienes no son capaces de abrir su mente y ampliar su mundo.
El libro está muy bien estructurado. Combina en su justa medida las anécdotas con las escenas de sexo y nos va llevando a momentos de reflexión y episodios emotivos. Y todo ello desde el respeto hacia cada personaje retratado y sin dejarse arrastrar por rencores. Además, no disecciona cada encuentro hasta el punto de explicarnos, con pelos y señales, que fue mal o si todas las historias terminaron. Es bueno que el lector pueda decidir, a veces, el final que prefiere.
En esta obra habrá quienes vean una crónica, una guía de uso para webs de encuentros o una novela con tintes eróticos. Pero si se lee despacio, disfrutando de la estupenda pluma de la autora, encontraremos una preciosa manera de ver la vida desde la madurez y la experiencia. Y aprenderemos que en un mundo en el que un emoji sonriente puede enamorar tanto como una auténtica sonrisa, donde no todo el mundo tiene realmente claro que espera hallar, donde no todos entienden de sensibilidades, matices, necesidades o rechazos y donde la sinceridad escasea, no debemos obcecarnos en buscar sino que debemos aprender a aprovechar lo que encontremos. Y si no es el amor, puede ser la amistad o… ¿quién sabe?. Y también puede que esas personas que se crucen en nuestro camino, se queden el tiempo necesario.