A simple vista Malaherba es un relato nostálgico sobre la infancia, la pérdida de la inocencia y el despertar a la vida adulta. Tambu, el protagonista y narrador, nos cuenta desde su adolescencia como era su vida alrededor de los diez años, época en la que aún no comprendía el mundo que le rodeaba ni se conocía a si mismo lo suficiente como para poder gestionar correctamente algunos de sus propios sentimientos. Desde el principio de la novela se presiente que el punto de inflexión de su infancia y puede que de su vida, está a punto de llegar, pero el lector tiene que esforzarse constantemente para recordar que planea sobre él alguna tragedia ya que se ve arrastrado por una sucesión de anécdotas y aventuras que cualquiera que haya vivido aquellos años de la EGB en España (en la década de los 90), reconocerá con una sonrisa permanente.
A causa de la enfermedad de su padre su vida se ve alterada. Él y su adorada hermana Rebe tendrán que convivir con sus vecinos Claudia y Elvis, de edades similares, en cuya casa encontrarán refugio cada vez que lo necesiten.
La inocencia de Tambu nos sirve para pasar suavemente por el retrato del lado más duro de una época marcada aún por las drogas y el terror al Sida, en la que aún no se conocían términos como buylling y donde los marginados y los desfavorecidos trataban de encontrar apoyo entre sí y no perder lo único que les quedaba, el arraigo a lo que consideraban su familia.
Pero tras todo esto subyace una segunda capa. La obra de Jabois va más allá del desarrollo psicológico de Tambu, su despertar sexual y la comedia nostálgica. El constante tono divertido provoca una lectura poco incisiva y distrae de la historia más dura; aquella que el lector debe ir componiendo poco a poco a través de la visión incompleta de la realidad que tiene un niño. Para ello hay que estar muy atent@ a su visión de los adultos que le rodean y descifrar lo que hay detrás de la mentira protectora y el juego. De esta forma, cuando llegue el acontecimiento más duro de la obra, todo adquirirá un mayor sentido y nos preguntaremos si el entorno y nuestro origen determinan nuestra vida de un modo inevitable, abriendo un debate sobre la responsabilidad y la justificación de determinados actos.