Materia Oscura es una obra definitoria de la buena ciencia ficción pues reúne bastantes de sus mejores cualidades. Plagada de referencias a clásicos del género (es inevitable no recordar ‘las fuentes del paraíso’ de Arthur C. Clarke en uno de los primeros capítulos), se camufla de Space Opera tras el primer giro argumental para, poco a poco, ir enriqueciendo la historia con datos científicos, teorías sociológicas y disquisiciones filosóficas hasta hacer dudar al lector si está frente una novela cercana al ‘Hard’ o ante una suerte de ensayo encubierto. Sin embargo, Gregorio Planchuelo logra todo esto de forma ordenada, sin apabullar ni saturar, con un lenguaje asequible y un ritmo de narración sostenido (el ideal para poder ir asentando cada idea propuesta sin que decaiga el interés).
La historia comienza con un narrador extraordinario, una inteligencia artificial que nos habla del momento en que tomó conciencia de sí misma y las medidas que asumió para asegurar su supervivencia. Tras eso asistiremos al descubrimiento de un procedimiento que asegura la inmortalidad a los humanos y más tarde a un asombroso viaje.
Esas tres etapas en la narración sirven al autor para imbuirnos de su visión de la razón, (dando gran importancia a la cultura griega clásica), como el gran motor de todos los cambios y avances de la humanidad, alejándose de la superstición y abrazando la observación. También señalará el origen intelectual de conceptos tan abstractos y subjetivos como el amor o la belleza y todo esto lo hará para fijar el inicio de nuestra aventura como especie. Analizará como conviven en nosotros lo racional y lo irracional y especulará con teorías sobre el modo de afrontar los problemas que ocasionaría la erradicación de la vejez y la muerte; nos hablará de delfines, de hormigas, de la maravilla de la vida en general y de la inteligencia, esté o no asociada a la tecnología, en particular. Y claro, mirará a las estrellas en busca de otras especies.
Pero lo mejor del libro es que, aunque el lector no comparta el optimismo del autor respecto a la posibilidad de una sociedad equilibrada y justa, sobre la viabilidad de una democracia real, o sobre un futuro y un destino prodigiosos para la humanidad, querrá seguir acompañándole en su sueño hasta, tal vez, encontrar nuestro lugar en el universo en las últimas páginas.