‘La ridícula idea de no volver a verte’ no es una biografía sobre Marie Curie, ni tampoco una novela. Es una reflexión profunda sobre el amor, la muerte, la lucha de la mujer por ser quien quiera ser y sobre la literatura. De hecho, me atrevería a decir que la protagonista es la propia Rosa Montero.
La autora nos cuenta como el diario escrito por la ganadora de dos Premios Nobel tras la muerte de su esposo Pierre, le ayudó a terminar con una sequía narrativa de varios años y un shock o letargo emocional derivado del fallecimiento de su amado Pablo. Dicho diario es un texto desgarrador, sincero y lleno de matices que tienen una correlación compleja con sucesos de toda su vida. Sus frases exudan dolor y ese dolor es el nexo de la química y la escritora; Montero supo comprenderla, entendió cada frase y cada palabra, se metió en la piel de Curie y junto a ella pudo cerrar heridas, o al menos taponar el sangrado.
El germen del libro y de la conexión de las dos mujeres es la muerte y se vuelve sobre ella una y otra vez, pero no estamos ante un libro que se regodee en el drama ni como vehículo ni como fin; el tono es contenido, cargado de razones y la sensación que provoca es la de estar sentado frente a una amiga que te cuenta como al leer a Curie fue poniendo en orden sus ideas sobre la pérdida y el vacío que deja, el duelo y nuestra absurda manera de tratarlo.
Y a partir de ahí, narrándonos la dura vida de la científica franco-polaca, (a la que nos muestra imperfecta y admirable), va hilando muchos otros temas como las relaciones entre hombres y mujeres, la desventaja y presión social que estas últimas han sufrido durante siglos y por supuesto, la vida. ¿No es la muerte lo que nos hace plantearnos, más claramente que ninguna otra cosa, la vida en toda su amplitud y con todos sus matices? Pues por ello en esta obra la muerte es recurrente, es omnipresente y es, por tanto, un alegato apasionado a favor de la vida. Exacto, eso es, he de corregirme: acabo de percatarme de que este libro no habla de la muerte, habla de la vida y la pérdida como parte de la misma y habla de pasiones. Las de Marie fueron Pierre y la ciencia. Las de Rosa son Pablo y la literatura. Así que este libro también habla del proceso de creación, del sentido que tiene, de su complejidad y su belleza. Este libro es Rosa Montero.