En las últimas décadas, desde la irrupción de Marvel con la popularización de su MCU (Marvel Cinematic Universe), hemos asistido a un fenómeno de masas que ha cambiado el panorama de la industria cinematográfica. Marvel ha logrado acaparar una brutal cuota de películas estrenadas al año (y de taquilla). Puede gustar más o menos, pero es incontestable que el gigante de los héroes embutidos en mallas de licra ha capturado la atención de millones de fans a lo largo del mundo con sus tramas fantásticas y personajes que se entrelazan en múltiples películas, creando un universo narrativo complejo y coherente (siempre que no nos pongamos exigentes y entremos en análisis al detalle).
Sin embargo, esta idea de universos interconectados no es para nada algo novedoso. Mucho antes de que Iron Man se cruzara con los Guardianes de la Galaxia y de que Thor se ligara a la Pataki, varios autores de ciencia ficción y terror ya habían recorrido caminos similares, construyendo mundos literarios que se cruzan entre sí, mundos dotados de una profundidad y complejidad comparables, si no superiores, al MCU marveliano. De todos estos universos compartidos, el Círculo de Lovecraft es uno de los más conocidos y el primero en tener un alto grado de cohesión y un nexo común, pese a estar compuesto por obras de diferentes autores. Por la densidad de este universo lovecraftiano me limitaré, como modo de introducción al mismo, a desarrollar un pequeño quién es quién de los autores implicados en él.
El Círculo de Lovecraft
El melancólico y solitario H.P. Lovecraft, maestro indiscutible del horror cósmico, revitalizó el relato de terror al despojarlo de sus corsés decimonónicos y abrir canales al existencialismo y al materialismo. Pero no estuvo solo en esta empresa. Lovecraft tuvo una participación activa en diversas revistas literarias y sabemos, a través de su abundantísima correspondencia, que mantuvo un intenso contacto con otros escritores de su tiempo a los que apoyaba y aconsejaba. Su imagen de tipo retraído y asocial contrasta con las numerosas colaboraciones mantenidas con autores como August Derleth, Frank Belknap Long o Robert E. Howard. Además, Lovecraft también realizó numerosos trabajos por encargo, lo que implicaba escribir o reescribir historias para otros, como los escritores Zealia Bishop y R.H. Barlow, o el ilusionista Harry Houdini. Estos trabajos eran una forma de procurarse un sustento económico, pero al mismo tiempo tuvieron gran relevancia en la difusión de su visión del horror cósmico.
H.P. Lovecraft fue el creador central del Mito de Cthulhu y de un vasto panteón de entidades cósmicas y horrores antiguos que se conectan a través de sus cuentos y novelas. Además de crear su propia cosmogonía, también animó a otros escritores a contribuir a este cosmos, lo que dio lugar a una red expansiva de relatos interrelacionados. Así es como comienza el llamado Círculo de Lovecraft, un grupo de escritores que intercambiaban ideas, revisaban los trabajos de los demás y contribuían mutuamente a sus mitologías. Los miembros del círculo, además de compartir una pasión por lo macabro y lo sobrenatural que se refleja en sus relatos, mantenían una activa correspondencia en la que intercambiaban ideas y referencias. Fruto de esta colaboración se produjo una expansión orgánica y coherente del universo ideado por Lovecraft. Los relatos del Círculo de Lovecraft comparten elementos como deidades (Cthulhu, Yog-Sothoth), grimorios (Necronomicon) y lugares ficticios (Arkham, Innsmouth, Kadath). Cada autor aportaba una visión propia a los Mitos, creando estas referencias una sensación de continuidad entre las historias que aportan mayor profundidad y contexto a cada historia.
Autores del Círculo de Lovecraft
August Derleth
Tras la temprana muerte de Lovecraft en 1937, un avispado August Derleth se hizo con los derechos de publicación de la obra de Lovecraft (el cómo daría para otro artículo, pero esa historia tiene su miga). Al no encontrar una editorial que quisiera publicar los textos de Lovecraft, Derleth fundó junto a Donald Wandrei la editorial Arkham House para imprimirlos. Pero parece que la intención última de Derleth era aprovechar el tirón de los textos de Lovecraft entre cierto sector de aficionados para sus propios fines. En un alarde de ingenio y falta de escrúpulos, declaró a Lovecraft “colaborador póstumo” y publicó sus propios relatos bajo la firma “H.P. Lovecraft y August Derleth” (El que acecha en el umbral, La semilla de Cthulhu, La máscara de Cthulhu, Los que vigilan desde el tiempo). Quizá a Lovecraft no le hubiera hecho mucha gracia el asunto, pero fue Derleth quien utilizó por primera vez el nombre de los Mitos de Cthulhu.
Por otra parte, Derleth se alejó diametralmente de la visión caótica del universo creada por Lovecraft, en la que el ser humano permanece ajeno a lo terrible de las fuerzas cósmicas que lo rodean. Mucho más alineado con el pensamiento judeocristiano, Derleth asoció los Mitos de Cthulhu a una eterna lucha entre el bien y el mal, asociando a los Grandes Antiguos, criaturas monstruosas venidas del espacio que una vez gobernaron la tierra y que ahora duermen en lo profundo de la tierra o el océano, esperando el momento de su regreso triunfal. En el lado contrario, en el del bien, se encontrarían los Dioses Arquetípicos, un grupo de dioses inspirados en la mitología griega y egipcia que en ocasiones ayudan a los seres humanos. Junto a los incognoscibles y alienígenas Exteriores, estas entidades formarían el panteón de deidades de los Mitos. Muchos lectores desprecian los cambios realizados por Derleth y no le perdonan la utilización del legado de Lovecraft en su propio beneficio, pero gracias a su contribución y la labor de la Arkham House han permitido rescatar a los Mitos de Cthulhu del olvido literario.
Clark Ashton Smith
En 1922, el poeta, artista y escritor Clark Ashton Smith recibió una carta de H.P. Lovecraft alabándole por la publicación de su segundo libro de poemas, Ébano y Cristal. Así comenzó entre ambos un intercambio de cartas y una amistad que, a pesar de no llegar a verse nunca en persona, duraría hasta la muerte de Lovecraft en 1937. Por las mismas fechas, ambos colaboraban con la revista Weird Tales y la influencia de Lovecraft animó a Smith a escribir varios relatos sobre los Mitos de Cthulhu. Entre las criaturas de su invención figuran Aforgomon, Rlim-Shaikort, Mordiggian, Tsathoggua y el mago Eibon, entre muchos otros. En un homenaje a su amigo, Lovecraft se refirió en algunos de sus relatos al gran mago oscuro Klarkash-Ton. Mientras Smith incluía estas referencias a los Mitos de Cthulhu en sus relatos y utilizaba dioses y criaturas lovecraftianas, Lovecraft hacía lo propio incluyendo entidades y lugares creados por Smith en sus obras.
A diferencia de Lovecraft, Smith se inclinaba hacia una prosa más poética y onírica, aunque remarcando lo macabro y lo exótico, en un estilo muy complementario. Las historias y los personajes de Clark Ashton Smith suelen desarrollarse en mundos propios, pero están relacionadas con los Mitos de Cthulhu mediante referencias a seres, deidades y lugares que forman parte del universo creado por H.P. Lovecraft (La historia de Satampra Zeiros, El Eidolon oscuro, El dios de la muerte, Ubbo-Sathla, El gusano blanco, El regreso del brujo).
Robert E. Howard
El creador de Conan el Bárbaro fue un tipo peculiar, además de corresponsal y uno de los escasos amigos de Lovecraft, quizá porque era otro inadaptado social como él. A pesar de su corta existencia y de que no alcanzó en vida a ver sus obras publicadas fuera de las revistas, la producción de Howard es de un mérito notable. Hoy es recordado principalmente como creador del icónico personaje de Conan el Bárbaro y por haber dado lugar al género de espada y brujería, hecho que le permitió ganar una legión de seguidores e imitadores, así como una influencia en el ámbito de la fantasía quizá solo comparable con la de J.R.R. Tolkien.
Pero hay un aspecto de su obra que, por alguna curiosa razón, suele quedar en segundo plano: Howard fue autor de numerosos y extraños relatos de terror por los que ha sido comparado con otros grandes de la ficción sobrenatural norteamericana, como Edgar Allan Poe o su amigo y contemporáneo H.P. Lovecraft. Algunos de estos relatos hacen referencia a sacrificios infames a un dios reptil en Hungría, a un hombre lobo en un castillo africano, a criminales que luchaban por dominar el mundo o a un anillo encantado que ejercía una terrible influencia sobre su portador.
La relación de Howard con Lovecraft comenzó en 1930, cuando éste le escribió una carta elogiando uno de sus relatos: Ratas en las paredes. Howard se convirtió rápidamente en un miembro más del Círculo de Lovecraft y comenzó a incorporar elementos de los Mitos de Cthulhu en sus relatos, creando una conexión entre el mundo de Conan y el universo lovecraftiano. La Piedra Negra fue uno de esos primeros relatos, tal vez el más cercano en estructura y atmósfera a los relatos y horrores ideados por Lovecraft, con la presencia de cultos oscuros y seres primigenios. Seguirían otros relatos como La cosa en el tejado, La cosa con pezuñas o El fuego de Asurbanipal.
Robert Bloch
Alrededor de 1933, cuando Bloch tenía solo 16 años y la aspiración de convertirse en escritor, envió una carta a H.P. Lovecraft dando inicio a una intensa correspondencia y a una amistad que duraría hasta la muerte del de Providence. Al poco de este primer contacto, Bloch empezó a cartearse con otros miembros del Círculo de Lovecraft, como Smith y Derleth, mientras Lovecraft pasó a convertirse en una especie de mentor para Bloch, al que proporcionaba consejos y orientación sobre su escritura.
Los primeros relatos de Bloch estaban muy influidos por Lovecraft y varias de estas historias se ambientaban en el universo de los Mitos de Cthulhu. Además, Bloch fue creador de varios textos de los Mitos, como De Vermis Mysteriis y Cultes des Goules. Su primera historia inspirada en Lovecraft fue Festín en la abadía, publicada en 1935 en la revista Weird Tales. Aunque no es parte directa de los Mitos de Cthulhu, muestra la influencia de Lovecraft en su estilo. A partir de este mismo año empieza a publicar relatos ya directamente conectados con los Mitos: El vampiro estelar, El demonio oscuro, El dios sin rostro, La criatura en la cripta, Cuaderno encontrado en una casa desierta o La sombra del campanario. Este último es una continuación directa del relato El que acecha en la oscuridad, escrito por Lovecraft, que da un parecido apenas velado de Bloch al personaje Robert Blake, al que dará muerte. Claro que Bloch había hecho lo mismo anteriormente en El vampiro estelar con un personaje claramente inspirado en Lovecraft.
La muerte de Lovecraft afectó profundamente a Bloch. A partir de este momento comenzó a explorar, con éxito, diferentes estilos de escritura. Sus obras posteriores incluyen dramas policíacos, fantasía, ciencia ficción y terror, por los que ganó un premio Bram Stoker, un Hugo y un World Fantasy Award. También fue pintor y colaboró en radio y televisión, pero fue en el cine donde consolidó su reputación como escritor de terror gracias a la icónica película de Alfred Hitchcock que adaptaba su novela Psicosis.
Otros autores
Hubo más autores que contribuyeron a la expansión del universo de los Mitos de Cthulhu con su aportación. Frank Belknap Long, amigo cercano y corresponsal de Lovecraft, introdujo conceptos y seres a los Mitos como Los perros de Tíndalos. Donald Wandrei, además de su labor como editor de la obra de Lovecraft en la Arkham House, escribió dos relatos propios que compartían elementos y seres de los Mitos: Los vampiros de fuego y Los tres hombres de M’Bwa. Henry Kuttner, admirador y también corresponsal de Lovecraft, introdujo nuevas criaturas abominables a los Mitos (Hydra, Nyogtha, Vorvadoss, Zushakon…), que podemos encontrar en relatos como El horror de Salem, El devorador de almas, Los invasores o Las campanas del horror. E. Hoffmann Price también se sumó a la fiesta como co-escritor de relatos con Lovecraft y con creaciones propias: A través de las puertas de la llave de plata, La cripta del diablo, El señor de la ilusión.
Un artículo de Alberto de Prado
¿Te ha gustado este artículo? ¡Hazte mecenas de El yunque de Hefesto! Hemos pensado en una serie de recompensas que esperamos que te gusten.
También puedes ayudarnos puntualmente a través de Ko-fi o siguiendo, comentando y compartiendo nuestras publicaciones en redes sociales.
Muy interesante y muy bien explicado para aquellos que no conocemos el mundo de Lovecraft.