Quema, quema todo cuanto encuentres. Quema todo, Vida, llama voraz. No mitigues tu calor, sé todo el incendio que quieras. Verás a la flor abrirse mata la flor, evapora al río. Río fantasma. Mi tierra mostrará su sequedad, sus desiertos escondidos, sus paisajes cementerio. Quema, quema y arrasa, quema, quema y derrumba. Quema si eso es lo que quieres, porque mientras más fuego y más sol invoques, más vientre serás. Y lo que hoy destruyes nacerá de nuevo; y aquella flor calcinada volverá a saludar a las alturas; y las cenizas verán a mis ojos cuando estos canten por primera vez, y volaré. Volaré porque tú me dibujas alas como me diste suelos para estrellarme y sangrar.
Poema nominable al I Premio Yunque de Hefesto
T. Herbonnière
Nací en el sur de Venezuela. Desde pequeño sentí fascinación por los libros y las historias que protegían. En la actualidad, vivo en Perú, en donde distribuyo mi tiempo para lograr trabajar, leer, escribir y componer música.
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