Me atrevería a decir que La postura imperfecta es una especie de metalepsis en la que se han puesto en contacto diferentes niveles del texto. P. L. Salvador abre una relación, de forma imposible, con su personaje ficticio y este se dirige, también de manera imposible, a un lector real.
La postura imperfecta es la perfecta imperfección del ser humano. Podría tratarse como una novela del yo; es una autoficción porque el autor habla por boca de su personaje, reflexiona sobre las circunstancias en las que nos desenvolvemos en la sociedad y contradicen al hombre entre sus actos y sus palabras. La identidad del escritor queda al descubierto desde el punto de vista del inmigrante, del enfermo, del acosado… desde el otro lado, para cuestionar la educación, la amistad, la familia, el éxito, la envidia, el trabajo, el bien o el mal, la medicina, la religión, la culpa…
La postura imperfecta es metaliteratura. El narrador personaje escribe una historia que luego nos la presentará el autor de forma introspectiva para que los lectores nos veamos reflejados en esa imperfección, que no es sino la perfección que de nosotros requiere la sociedad ¿Qué somos en realidad?