
Autora: Iida Turpeinen
Editorial: Seix Barral
Género: histórico relativo naturista
Extensión: 336 páginas
RITUAL
No voy a alargarme mucho con la reseña de esta extraña y peculiar novela. Tu pregunta debe ser, ¿por qué me va a interesar a mí una novela histórica de naturalistas rusos que vivieron siglos atrás y sobre la vaca marina extinta?
Primero, porque está bellamente escrita y la lectura se disfruta con gozo.
Segundo, porque es importante aprender y comprender la crueldad humana y cómo ha exterminado miles de especies animales.
Tercero, por la sucesión de pequeños cuentos que, aunque estén basados en hechos reales, te encandilan, con personajes a los que no te pareces, pero con los que, sin embargo, empatizas.
Pero, por encima de todo porque, aunque la sinopsis no atrae, esta autora tiene un estilo tan maravilloso que encandila, contagia, seduce y engancha.
Pocas razones más y mejores. Porque, si quieres géneros, hay drama (naufragio, abandono, soledad, muerte), miedos (a los compañeros descastados, a la sociedad, a la autoridad de aquella tierra y época), atmósfera (poco mejor que lugares como la Isla de Bering o Siberia entre muchos otros), amor (el que se siente por la naturaleza, entre colegas, a una pareja distante), acción (repito: barcos que luchan contra lo imposible y se hunden, y la pelea por la supervivencia más atávica). Resulta lírico, narrativo, entretenido y didáctico.
¿Sinopsis? Un barco soviético, en busca de la ruta entre Asia y América durante La Gran Expedición, colapsa. Algunos pocos salvan su hálito, entre ellos el profesor Steller. En una isla entonces desconocida y que descubren (se le pone el nombre del capitán del navío, Bering, aunque de descubrir nada: llegan por causalidad, sin saber dónde están, y acaban con la vida natural ante su imposibilidad de salir y retornar a la civilización). Allí conviven, matando para comer a todo lo que se mueve, que no teme al hombre porque nunca holló esa tierra antes, aún. Steller, en conflicto, trata de proteger flora y fauna, una tarea imposible, y, en esas costas ignotas e intempestivas, contempla a la grandiosa Vaca Marina (luego bautizada como Vaca de Steller). Deliciosa, a decir de los marineros. Él estudia y recompone aves y huesos, incluido el de uno de estos gigantescos especímenes. Años después, la historia de la Vaca Marina de Steller, y ese esqueleto prodigioso, pasan por las manos de estudiosos, museos, almacenes, artesanos… Y todo ello, hasta el día de hoy, nos será contado con maestría.
Y ya.
¿No te gusta? ¿No te convence? Craso error, amigo, amiga. Yo dudé, pero he encontrado por causalidad, que no descubierto, un tesoro de libro y de historia que me ha enriquecido como lector, disfrutando, pese a momentos densos (pocos), hasta su ultimísima conclusión. Tremendo.
Algo distinto, fuera de corrientes y tendencias. No lo verás de común. Atrévete, arriesga. La Bestia del Mar, de lida Turpeinen, te espera: no te arrepentirás.
Pd: más prosa como esta, por favor, y menos masificación de banales faltos de originalidad y con repetitivo estilo de libros clones que no cuentan nada.
Una reseña de Román Sanz Mouta

¿Te ha gustado esta reseña? ¡Compártela!

