Somos impacientes. Nos parece que llevamos demasiado tiempo mirando a las estrellas, buscando el anhelado y temido “primer contacto”. Hacemos mucho ruido y el silencio que obtenemos como respuesta nos resulta atronador. ¿Hemos perdido la fe? Tal vez sea menos frustrante no elevar tanto la mirada y centrarnos en nuestros “intereses” más materiales. Adormezcamos al explorador que un día fuimos hasta que algo nos despierte. Descansemos, dejémonos llevar lentamente a nuestro propio final, haciendo dinero, agotando nuestros recursos.
Hasta que nos mientan, nos hagan creer en el milagro y despertemos.
Este es, en esencia, el punto de partida de ‘el silencio de las estrellas’, una novela corta de corte clásico al más puro estilo de Arthur C. Clarke y que obtuvo el I Premio de Novela de Ciencia Ficción Ciudad del Conocimiento en 2017. Si os resulta creíble, si no dudáis de que una prueba de la existencia de vida extraterrestre (aunque sea falsa), podría impulsar la colaboración científica y llevar al ser humano hasta otros soles, preparaos para un viaje de más de 1400 años. Lo pasaréis en grande.
Con prosa ágil e incuestionable dominio de una terminología científica (expuesta en su justa medida y sin apabullar a los lectores menos versados en el género), Miguel Ángel Pérez Oca teje una aventura que funciona, inadvertidamente, como vehículo para la reflexión sobre temas para los que no hay una sola respuesta: la soledad, la muerte, el precio de nuestras ambiciones, la posibilidad de un nuevo salto evolutivo o el destino que nos aguarda como especie… e incluso plantea alguna cuestión nueva como ¿tienen todos los seres inteligentes un destino común?
Las 140 páginas que componen la obra no permiten profundizar demasiado en la personalidad de los personajes, y el autor se limita a suministrar la información necesaria sobre ellos para que cada uno de sus actos tenga sentido. Al fin y al cabo, aunque parezca lo contrario, los protagonistas no son individuos concretos sino toda la humanidad. Lo que no faltan son los elementos que los lectores del género adoran: alienígenas, inteligencias artificiales, nuevas religiones, universos paralelos, física cuántica y, por supuesto, una historia de amor.
Estamos, por tanto, ante un relato perfecto para iniciarse en la ciencia ficción gracias a su vocación de entretenimiento (al más puro estilo de los grandes clásicos de los años 50 y 60), a un futuro cercano perfectamente reconocible donde se inicia la aventura, a las cuestiones filosóficas que se pueden plantear en una lectura minuciosa, y a un final esperanzador que nos libra de nuestro mayor miedo dejando un gran sabor de boca tras la última página.
La ciencia ficción de calidad también se escribe en nuestro país.
Esta también me la apunto.
Genial! Aunque, sinceramente, no se de donde sacas el tiempo para tanto! Pronto hablaremos de Cesia. Un abrazo!
Muchas gracias por tu opinión.
El Autor.
Ya hace tiempo que leí esta novela, pero el buen sabor aún perdura.
Un saludo!