Con El pozo Berna González Harbour ha demostrado (una vez más) ser buena periodista y excelente escritora. Demuestra el poder de las redes sociales, que amparándose en la libertad de expresión son capaces de torcer la realidad para que salga a flote la xenofobia y el interés personal. Demuestra que el ser humano percibe la realidad según sus propias circunstancias y cuesta, muchísimo, ponerse en la situación del otro.
Demuestra que si la noticia es efímera sus novelas serán recordadas por la cantidad de temas que albergan, por su ritmo trepidante capaz de conseguir que deseemos que el libro no acabe, aunque veamos acercarse irremediablemente el final porque no podemos parar de leer.