Herederos de la Singularidad es una novela a reivindicar dentro de la ciencia ficción española. Al igual que en la anterior obra del autor, ‘La guerra de los imperfectos’, parte de una marcada crítica de lo que ya casi es nuestro presente. Describe una sociedad donde los poderes económicos son los que dictan las reglas del juego y el poder político es un mero instrumento. Donde el resto de los hombres y mujeres son mano de obra bajo control, meros peones necesarios para su crecimiento y enriquecimiento. Y desde esta perspectiva bastante realista y apuntando a un más que probable desarrollo exponencial de la informática y la robótica, nos plantea una cuestión evidente: ¿Qué ocurrirá cuando estos avances hagan innecesaria la mano de obra humana?
Con distintas líneas temporales y una serie de personajes corales al comienzo de la novela, asistiremos al advenimiento de la primera Singularidad, una IA (Inteligencia Artificial) tan avanzada que podrá mejorarse a sí misma, fabricar todas sus extensiones necesarias y servirnos en todo como única finalidad. Esa IA tendrá que ser programada de tal forma que no tome autoconsciencia y se ponga límites a su evolución manteniendo su obediencia.
A partir de ese momento la población es un lastre inútil que sólo acapara recursos y no produce. Desde ese instante todos los poderes, económicos, políticos e incluso religiosos se pondrán manos a la obra para reestructurar una sociedad diezmada, dócil e ignorante que carezca de conocimientos y asimile credos convenientes.
Pero ningún plan es perfecto y siempre hay cosas que se escapan al control. Siempre hay supervivientes y gente que luchará hasta el final y de un grupo así surgirá una IA auténtica que entrará a formar parte de la partida.
Para no excederse en número de páginas, esta novela no profundiza demasiado en el bando de los vencedores, ni en su posible involución intelectual al tener todas sus necesidades cubiertas. También nos describe muy brevemente que ocurrió con los estados disconformes ante el nuevo orden pero en realidad, extenderse en esos puntos habría quitado agilidad a la trama y no habría aportado demasiado al hilo principal de la historia.
Además Valenzuela deja que el lector se haga su propia composición de puntos como la falta de escrúpulos de la mencionada clase dirigente, la manipulación de la historia por los vencedores o la utilización de términos como “terrorista” con tod@s aquell@s que vayan contra el establishment.
En definitiva, estamos ante una muy recomendable novela que a pesar de su potente mensaje, se lee con una agilidad pasmosa y que recurre a personajes más que correctos pero además, como plato fuerte tiene a una auténtica IA , sus procesos internos y su posible evolución liderando la historia.
Si tras las pruebas pertinentes se confirma que Valenzuela es humano, y no otra Inteligencia Artificial con alto grado de empatía y conciencia social, podremos decir que, sin lugar a dudas, con esta novela ha alcanzado su propia singularidad narrativa.
Muchísimas gracias por tan estupenda reseña.
Un saludo